Mario Vidal
Domingo, 6 de diciembre 2015, 01:46
Las redes sociales son la principal arma propagandística de la guerra que lleva a cabo la organización terrorista Estado Islámico. Sus miembros las utilizan para compartir información entre sus seguidores, captar a nuevos reclutas y difundir el miedo a todas las partes del mundo. Aunque las principales plataformas no permiten la difusión de contenido que se identifique con la amenaza directa a la seguridad pública o el riesgo real de daños físicos, los métodos del Daesh se caracterizan por un alto nivel de profesionalización en cuanto al uso de la imagen, el vídeo y la tecnología.
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¿Qué hace Facebook al respecto?
En casos como estos, la red social de Mark Zuckerberg asegura eliminar el contenido, inhabilitar las cuentas y colaborar con las autoridades. En cuestiones relacionadas con el terrorismo, la plataforma incide en que las organizaciones involucradas en actividades terroristas no pueden estar presentes en Facebook. Por eso también borran los mensajes que expresen apoyo a estos. Aseguran aceptar debates y comentarios sobre estos temas, pero al mismo tiempo piden que se muestre sensibilidad hacia las víctimas de la violencia.
¿Y Twitter?
Las normas de uso de Twitter rezan que los usuarios no pueden amenazar con violencia ni la pueden fomentar, lo que incluye amenazas a terroristas o la incitación al terrorismo. Tampoco se permite el uso de material excesivamente violento en las imágenes de perfil, encabezado o fondo de los usuarios.
Atajar su difusión
Ambas redes sociales actúan rápidamente en el bloqueo o suspensión de los perfiles relacionados con el Daesh o el terrorismo. Sin embargo, no son capaces de atajar la difusión del contenido propagandístico que emiten. Y es que no todos los vídeos, imágenes o mensajes que publican sus seguidores violan la normativa de las redes sociales. Por lo que pueden utilizarlas para captar soldados sin hacer una mención directa a matar, atacar o producir miedo. Además, los community managers del horror conocen que sus cuentas pueden ser eliminadas en cualquier momento y por eso dan de alta una gran cantidad de ellas que se promocionan entre sí a través de hashtags.
Telegram
Aunque la propagación de su mensaje no se detenga, el impacto que este genera en la gran masa de usuarios sí se ha limitado. Para esquivar este impedimento, algunos de los partidarios del ISIS se están declinando hacia Telegram. Se trata de un servicio de mensajería encriptada que permite la eliminación de las publicaciones cuando pasa un tiempo determinado. Un hecho, que puede ser aprovechado por los captadores para el reclutamiento y la convicción de nuevos soldados sin dejar huella.
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