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ideal.es
Jueves, 4 de febrero 2016, 12:21
Una limpiadora de la iglesia evangélica de Philippuskirche, en Mannheim, Alemania, ha podido cometer un sacrilegio. Y es que tiró a los contenedores una obra de arte de la artista Romana Menze Kuhn con la que se trataba de llamar la atención sobre los refugiados. Pero fue sin querer, o al menos así lo confirmó el padre Gerd Frey Seufert, quien explica que no identificó que se tratara de una obra de arte y descarta cualquier trasfondo de xenofobia.
Se trataba de una figura compuesta por mantas térmicas de supervivencia, muy similar al papel de aluminio, colocadas sobre el suelo delante del altar. Con ello, la artista pretendía ensalzar los pocos medios con los que se lucha en los rescates en alta mar y las partes que faltan simbolizan a las personas que necesitan todavía ayuda.
A pesar de todo, Menze Kuhn ha podido reconstruir parte de la instalación y ha añadido un contenedor de basura. Tampoco puede ocultar su enfado ya que según su punto de vista, uno puede pensar lo que quiera de una obra de arte, pero intervenir así es una gran falta de respeto. Estoy indignada.
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