Thatcher inspira a la política británica 50 años después de asumir el liderazgo 'tory'

Un ministro veterano y converso, Keith Joseph, se convirtió en el asesor intelectual de la nueva líder. En sus primeros pasos, Thatcher aceptó el consejo de productores de televisión para modificar su voz, que resultaba chirriante. La primera mujer al frente del Ejecutivo británico en un país de economía desarrollada retuvo el poder desde 1979 a 1990 y dejó una huella que aún no se ha difuminado.

El aumento de impuestos y de tipos de interés la convirtieron en la jefa de Gobierno más impopular en la historia de las encuestas. Se salvó del derribo por la victoria en la guerra de las Malvinas. Gestionó con brutalidad el desmantelamiento de la industria pesada. Abrió a las firmas de Estados Unidos las puertas de acceso a la 'city' financiera. Y amortiguó los problemas presupuestarios con las rentas del petróleo y del gas del mar del Norte.

En su fase final, promovió la estructura del mercado común en la Comunidad Económica Europea y se opuso radicalmente a la centralización política y monetaria. Es la madre del euroescepticismo, que Nigel Farage condujo después apoyado inicialmente por académicos, políticos y financieros 'thatcheristas'. Tony Blair, el más duradero líder laborista, emuló aspectos de sus políticas.

Keir Starmer, actual 'premier', elogió cuando era líder de la oposición el impulso de Thatcher a la iniciativa empresarial. Sus políticas en el Gobierno tienen eco en las de ella. La ministra de Hacienda, Rachel Reeves, es muy criticada por aumentar el impuesto al Seguro Nacional, lo mismo que hizo la dama de hierro en su primer presupuesto. Starmer y Reeves reducen ahora barreras burocráticas para que la economía crezca.

Kemi Badenoch, ingeniera de software de formación universitaria y actual líder 'tory', es una pupila política del Instituto de Asuntos Económicos, que selecciona a miembros del Partido Conservador y diputados del grupo parlamentario para mantener la ambición de reducir el tamaño del Estado, una idea no consumada por Thatcher o por otros gobiernos conservadores. La formación sufrió una gran consternación en 2023, cuando Liz Truss y su ministro Kwasi Kwarteng causaron un desastre financiero con un afán de 'thatcherismo' puritano.