«Cuando me quitaron las cadenas tuve que aprender a caminar de nuevo»

El impactante relato de los rehenes liberados acrecienta el temor de los familiares, que presionan para que no se frustre la tregua

Martes, 11 de febrero 2025

«Me tenían atado en un túnel sin luz, sin apenas aire. No me podía levantar, mucho menos andar. Tenía que convencer a mis captores de que me dejaran hacer mis necesidades más de una vez al día. Solo cuando se acercaba el momento de ... liberarme me quitaron las cadenas y tuve que aprender a caminar de nuevo». Or Levy, uno de los tres rehenes demacrados liberados por Hamás el pasado sábado, hizo un escalofriante relato de sus 491 días de cautiverio en el Canal 12 de televisión.

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Sus palabras se suman a los testimonios de otros secuestrados que han sido liberados, y que cuentan cómo vivían encadenados en un lugar oscuro y húmedo, generalmente en túneles que eran objetivo de ataques hebreos, a menudo amordazados y siempre con mucha hambre. Algunos aseguran que fueron colgados de los pies, e incluso abrasados con hierros candentes. Los médicos confirmaron que tanto él como Eli Sharabi y Ohad Ben Ami estaban gravemente desnutridos y que padecían desórdenes coronarios e infecciones.

Or Levy abraza a una familiar tras su liberación el pasado sábado. EP

Son condiciones lastimosas que incrementan el miedo de los allegados de quienes aún están en manos de Hamás a que les envíen un cadáver. Cada día que pasa, las probabilidades de que mueran crecen, y 17 de los israelíes que debían ser liberados en la primera fase del acuerdo de alto el fuego aún están secuestrados. La organización integrista ya ha avanzado que ocho han fallecido. En total, hasta ahora han sido liberados 73 de los 251 rehenes secuestrados desde el 7 de octubre de 2023, aunque está confirmado que 34 han perdido la vida.

«El tiempo es esencial»

La incertidumbre sobre su estado es total. No en vano, ayer Israel declaró muerto a otro rehén, Shlomo Mantzur, que, a sus 85 años, era el más mayor de los retenidos. Sin embargo, informó de que no había fallecido durante su cautiverio sino el mismo 7 de octubre en el que Hamás lanzó su ataque. Los milicianos se llevaron su cuerpo. A esa mala noticia se sumó otra buena, la que recibió la familia de los hermanos gemelos Ziv y Gali Berman: según informaron sus allegados, tienen prueba de que ambos están vivos y retenidos por separado.

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Conscientes de que aún tienen capacidad para ejercer presión, ayer familiares de rehenes se concentraron frente a la oficina del primer ministro hebreo, Benjamin Netanyahu, con banderas israelíes y fotos de sus seres queridos. «No podemos permitirnos otro pulso entre las partes. Hay un trato. ¡Cúmplanlo!», bramó Zahiro, cuyo tío, Avraham Munder, murió en cautiverio en Gaza. Otro grupo cortó la Carretera número 1, que une Tel Aviv y Jerusalén para que el Gobierno no eche por tierra el acuerdo con los palestinos. «Abandonar a los rehenes es un crimen de guerra», se leía en la pancarta que portaban.

Por su parte, el Foro de Familiares de Rehenes y Desaparecidos afirmó que «no queda margen para la duda tras las impactantes condiciones de los rehenes liberados el pasado sábado», y realizó un llamamiento urgente a los países mediadores que han participado en la negociación del acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás para que «ayuden a restablecer y aplicar el acuerdo» en Gaza. «El tiempo es esencial. Todos los rehenes deben ser rescatados urgentemente de esta terrible situación», sentenció.

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