Trabajando a la intemperie

Trabajar a la intemperie en una ciudad en la que no existe el entretiempo, suele ser duro. Si a eso le sumamos una ola de frío, estos trabajadores se convierten en auténticas cebollas. Bajo todas las capas de estas 'cebollas' nos encontramos con Curro y Jacob, dos repartidores de pizzas que no llevan del todo mal el frío, pero que a lo que de verdad temen es la lluvia. Lluvia que les cala los huesos, pero que no cala en nuestros bolsillos, ya que por raro que pueda parecer, las propinas no aumentan cuando hace mal tiempo.

Estos días es fácil encontrar cuadrillas de jardineros realizando la poda, ellos son los auténticos expertos en combatir el frío. Gorro, bragas, calcetines dobles y guantes de lana bajo los guantes de trabajo. Ni los guardianes negros de 'Juego de Tronos' encargados de proteger el muro de Invernalia iban tan bien protegidos.

En cualquier caso todavía queda lo peor, el miércoles 17 de febrero. Un miércoles negro para aquellos que tengan que trabajar a la intemperie, un miércoles de felicidad para aquellos comercios que aún tienen en sus escaparates la ropa de invierno. Así que ya saben, hay que comer bien, estar bien abrigado, usar varias capas para conservar el calor y muy importante, tener la memoria del móvil vacía, porque como nieve en Jaén se van a hartar de hacer fotos.