José Cobo
Miércoles, 11 de mayo 2016, 08:35
Que en una capital como Jaén, donde las distancias son relativamente cortas, pueda haber atascos resulta extraño. Si metemos en una coctelera a un jienense, su coche, la lluvia y obras, el resultado puede ser terrorífico. Cuando las condiciones climatológicas son adversas, los conductores deben aumentar las precauciones y disminuir la velocidad de circulación. Algo que sumado a las obras en la ciudad puede llegar a ser desesperante. La zona de las vías del tranvía y en la salida del polígono industrial Los Olivares son dos de los puntos críticos.
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Sin embargo, hoy nos centramos en un punto conflictivo muy reciente, la avenida Eduardo García Maroto. Las obras del Museo Íbero han convertido los dos carriles, que discurren desde la avenida de Andalucía al paseo de la Estación, en uno sólo. Teniendo en cuenta que es una de las arterias, pero no la única, que conecta dos zonas densamente pobladas de la capital, el colapso es casi inevitable, especialmente en horario de entrada y salida de colegios.
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