Éxito en el festejo taurino de Villacarrillo

Nada más llegar a Villacarrillo y ver el ambiente en torno a la corrida de toros pasaron por mi cabeza un montón de recuerdos de la niñez, cuando acompañando a mi padre a su pueblo, me hablaba de la historia taurina de una localidad que vive con intensidad sus fiestas y en las que el toro es parte fundamental de la misma. Paseando por sus calles empedradas y sus majestuosas casas de piedra vivía un ambiente taurino de primer nivel, grandes aficionados, tertulias que se iniciaban a primera hora de la mañana, hasta la tarde con rumbo a una plaza de toros que guarda una larga historia repleta de grandes acontecimientos. Mi recuerdo se inicia en los años ochenta hasta la actualidad, pasando por su ruedo las grandes figuras de la época y los toreros más novedosos del momento. Desde Curro Romero en una tarde para el recuerdo, pasando por Ortega Cano, Dámaso González, Roberto Domínguez, Espartaco, el añorado y recordado Julio Robles que dejó en Villacarrillo una obra maestra de la que hoy en día todavía se recuerda por los aficionados más veteranos, los hermanos Campuzano, Emilio Muñoz, diestro sevillano y muy querido en Villacarrillo.

En los noventa igualmente los coletas más representativos; Joselito, Litri, Julio Aparicio, Enrique Ponce, El Cid, Cayetano, Finito de Córdoba y hasta José Tomás que en su actuación dejó entrever lo que vendría después. Luego vino la caída sin frenos por causas de la crisis y errores empresariales que perjudicaron una feria y una corrida de toros que era todo un acontecimiento en toda la provincia. Digo todo esto porque recordé después de mucho tiempo esos ambientes, los echaba de menos y fue una alegría reencontrarme con ellos. De la mano de los empresarios Paco Delgado y Alfonso Moya la corrida de Villacarrillo ha vuelto a coger importancia y relevancia, atrayendo a un montón de aficionados de fuera que le dan lustre y categoría a unas fiestas y a un pueblo que ya de por sí la tiene y mucho.

Gran entrada

No se llenó el coso pero sí hubo una gran entrada acercándonos al mismo, objetivo que si siguen trabajando los empresarios de la misma manera no dudo que lo conseguirán. La corrida de Torrehandilla-Torreherbaros tuvo una justa presentación, en cuanto a su juego destacaron por su nobleza aunque muy justos de fuerza en su conjunto.

Empezó bien la tarde con el primero un toro noblón que facilitó una labor de Curro Díaz con su torería y clase habitual. Una pena las continúas caídas del animal que deslució el conjunto de la labor del linarense que brindó al periodista Ángel del Arco Navarrete, que se encontraba en un burladero del callejón. Mató bien y cortó las dos orejas. Con el cuarto se estrelló ante lo deslucido del animal.

Manuel Escribano lució en el conjunto de la tarde por su disposición y entrega toda la tarde. Vino sustituyendo al lesionado Alejandro Talavante cortando cuatro orejas y dando una gran dimensión con capote, banderillas, muleta y espada.

Lo mejor de la tarde vino de la mano de Iván Fandiño que cuajó a su primero en dos tandas de naturales soberbias por colocación, temple, hondura y calidad. Se llevó una oreja porque atravesó al animal de una fea estocada. Al último flojo y con clase lo sobó y cuidó para ya al final enjaretarle varias tandas de muletazos con su clase habitual.

Al final del festejo los tres diestros salieron a hombros a la espera del próximo festejo que será el próximo día 18 en Cazorla.