Un 'Abuelo' a tamaño real escondido en el Puente Jontoya

La devoción de los jienenses por la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno no conoce límites. Que le pregunten si no a José María de Dios Gómez, un escayolista jubilado que tenía su estudio frente al Camarín y que hizo en él una obra maestra de la que ahora disfrutan también sus compañeros en la Residencia de Ancianos Fuente de la Peña. «Hace 16 años en mi taller pensé que sería buena idea hacer una recreación del Abuelo a tamaño real y me puse a ello», cuenta a sus 95 años de edad este jienense que empleó más de ocho meses en una en realizar una imagen que ahora custodia su yerno.

Cuenta entre risas que cuando su mujer Paula lo vio en blanco durante el proceso le dijo que estaba loco porque incluso tuvo que hacer más pequeña la cruz y no representar los pies del cristo, ya que de otra manera no habría cogido en ninguna de las estancias de su casa. «Por desgracia mi mujer falleció antes de verlo terminado. Lo hice para tenerlo en mi casa pero finalmente me lo acabé bajando a una casa que tenemos en el Puente Jontoya, donde construí un salón para que jugasen mis nietos y ahí lo guardaba», cuenta José María.

Durante los últimos años ha sido su yerno, que tiene una devoción especial por Nuestro Padre Jesús Nazareno, el que ha custodiado la 'talla' hecha de escayola y porexpan.

Ahora vuelve a tenerlo junto a él, en la Residencia de Ancianos Fuente de la Peña, que es donde vive actualmente y donde se ha hecho realmente popular gracias a esta figura. Tanto que desde la residencia cuentan que son decenas de personas las que se están acercando a la misma para poder contemplarlo en persona pues afirman que la exactitud de la réplica es asombrosa.

Un reclamo atractivo pero también una bendición para todos aquellos creyentes que se encuentran en la residencia y que a diario acuden para rezar junto a él y para pedirle por la salud de sus seres queridos en estos momentos tan complicados. «Yo suelo rezarle por las mañanas y por las noche y muchas veces me siento a su lado y le hablo de mis cosas. Traerlo aquí ha sido una apoteosis porque los compañeros lo han celebrado mucho. La verdad es que nunca le falta una persona que le esté rezando. Me alegro, porque en casa solo tenía mis 'padres nuestros' pero aquí siempre tiene compañía», confiesa este jienense que confía en que le permitan que esta figura le acompañe en la residencia a él y a sus compañeros durante el resto de sus días.