![Siete días en el infierno](https://s1.ppllstatics.com/ideal/www/pre2017/multimedia/noticias/201507/12/media/86323481.jpg)
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Juan Esteban Poveda
Domingo, 12 de julio 2015, 02:07
Hasta las siete de la tarde de ayer el Plan Infoca no confirmó la «evolución favorable» del incendio forestal de Quesada. La primera buena noticia en muchos días sobre un fuego que ha arrasado miles de hectáreas en la misma frontera del desierto sureste de la provincia de Jaén. Había alegría contenida después de una semana de derrotas, más aún después de que el martes se diera por controlado y luego resucitase más fuerte. Había que ser prudentes. «Tanto el avance de las llamas como su perímetro e intensidad va disminuyendo y abren la puerta de la esperanza... es cuestión de horas que esta pesadilla finalice (...) todo va en muy buena dirección», decían desde el Ayuntamiento de Huesa, otro de los municipios afectados junto a Larva y Cabra.
Más de 500 efectivos pie a tierra (entre especialistas del Infoca y soldados de la UME) apoyados desde el cielo por 22 aviones y helicópteros acababan de protagonizar una de las maniobras más complejas en la historia forestal de Andalucía. Una operación trabajada en 48 horas (desde que el miércoles el fuego desbordó la primera línea de cortafuegos) y en el peor de los escenarios posibles que se barajan: con las llamas empujando a los retenes contra los cañaverales del Guadiana Menor en el flanco sureste, y con otro flanco aún activo, aunque debilitado, en el suroeste que prácticamente entraba ya en la provincia de Granada. El foco del fuego, donde el domingo cayó un rayo en el Cerro del Muchacho, entre Quesada y Huesa, quedaba a una distancia e ambos frentes de más de 20 kilómetros de montes calcinados, según conocedores de la zona. El mayor incendio forestal en la provincia en la última década, cuanto menos.
El viernes los retenes lograron debilitar el flanco suroeste cerca de la Estación de Huesa, pero por el otro lado el fuego avanzaba voraz hacia la aldea de Ceal. Se diseñó una «maniobra arriesgada», según admitió José Fiscal, consejero de Medio Ambiente: un contrafuego. Se quemó una franja de cien metros junto al río para contener el frente y se preparó allí una ofensiva. El jueves se trabajó para preparar el cortafuegos y conducir las llamas hacia el lugar adecuado. Al amanecer de ayer, el Ayuntamiento de Huesa informaba de que «todos los medios aéreos están preparados, al igual que el mayor número de personal de tierra que ha habido y que se ha conocido nunca en un incendio. La maniobra será una descarga sobre otra y justo en ese instante, todo el personal terrestre realizará el ataque directo a las llamas incipientes».
A primera hora de la tarde la delegada del Gobierno, Purificación Gálvez, adelantaba que «la evolución del incendio que presenta dos focos es favorable en uno de ellos aunque sigue sin estar estabilizado». Se estaba trabajando en el sector de Hazas Blancas y en el de Chíllar y se estaban cerrando perímetros, según Gálvez. El Infoca lo confirmó horas después.
El delegado de Medio Ambiente, Sebastián Quirós, explicó que «se está conteniendo al frente que iba hacia Hinojares y se está 'ahogando' el que iba hacia el Guadiana Menor. Se están controlando los brotes que se avivan y ha pasado ya los más peligroso del día con altas temperaturas, poca humedad y viento. No podemos estar tranquilos, pues como ha dicho el director del Centro Operativo Provincial, ha habido pavesas que el viento lanzó a más de mil metros, rompiendo los cortafuegos realizados».
Máxima dificultad
El profesor Francisco Rodríguez y Silva, investigador del Departamento de Ingeniería Forestal y del Laboratorio de Defensa contra Incendios Forestales de la Universidad de Córdoba, destacó ayer lo «complejo» del incendio y la «extraordinaria coordinación y gestión del puesto de mando», que había gestionado la acción conjunta de 543 efectivos en tierra, 21 medios Aéreos, 46 vehículos terrestres y 2 Bulldozer. coordinado al Infoca, la UME, el GREA, 112 , Policía Autonómica y Guardia civil.
El profesor Rodríguez y Silva había advertido sobre la peligrosidad y dificultad de luchar contra fuegos de copa como el de Quesada y el enorme poder de «propagación energética y potencial de retorno» desatado durante el siniestro, con «gran dificultad de extinción de llamas de más de 30 metros».
Tanto responsables políticos como miembros de los retenes han destacado todos estos días las condiciones extremas de calor y viento y lo complicado de la orografía, con barrancos «que se transforman en auténticos volcanes cuando entran en ellos las llamas», en palabras del delegado de Medio Ambiente, Sebastián Quirós. Varios responsables políticos y hasta el mismo Infoca a través de sus redes sociales han llegado a hablar de «infierno» en algún momento desde el pasado domingo.
Un total de 29 personas se encuentran desalojadas de la zona como medida preventiva, 21 de ellas de la pedanía de Ceal, tres de Cortijo Chíllar y cinco de Cortijo Nuevo. Algunas de las viviendas evacuadas son segundas residencias por lo que los desplazados han vuelto a sus lugares de origen. En el resto de casos se han realojado en casa de familiares y amigos. Solo tres personas que estaban de vacaciones en la zona se han albergado en un establecimiento hotelero de Huesa. Ayer fueron informados de que «a pesar de que los trabajos de extinción van bien, el desalojo se mantendrá al menos hasta el mediodía de hoy por motivos de prevención ya que las llamas para nada amenazan a la pedanía, pero el humo si podría crear complicaciones».
Estabilizar y controlar
El Infoca indicó antes de anochecer que los trabajos iban a continuar en otra «dura noche» con efectivos de tierra. Aunque se había «detenido» el avance de las llamas aún no se daba ningún frente ni por estabilizado ni mucho menos por controlado. Falta mucho trabajo sobre el terreno hasta que el peligro desaparezca.
Tampoco ha llegado aún el momento de hacer balance. Aunque nadie duda ya de que se trata de una catástrofe ecológica de primera magnitud. Se trata sin duda de uno de los mayores incendios en la historia de Jaén. El consejero Fiscal ya admitió que serán «bastantes más» de las 2.000 de las que se habló el jueves. Solo con superar en algo esa cifra el fuego de Quesada sumará más hectáreas calcinadas que la suma de los fuegos de los últimos siete u ocho años.
Hay que remontarse hasta los años 2004 y 2005 para encontrar incendios en la provincia que superen las 1.000 hectáreas. Ocurrieron en Aldeaquemada y toda la zona norte de Sierra Morena (7.134 hectáreas) y el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas (tres focos de 4.507, 185 y 261 en distintos puntos en fuegos también causados por rayos).
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