Juan Esteban Poveda
Viernes, 3 de febrero 2017, 18:47
Una multitud esperaba desde las seis de la tarde en la plaza de Cazalilla para comprobar si este año volaba o no la pava. Una tradición envuelta en la polémica. El año pasado, por primera vez en esta fiesta centenaria, no hubo lanzamiento. Este año sí se intentó tirarla, pero no del campanario de la iglesia, que ha permanecido cerrado, sino desde un tejado que da a la plaza. Pero el ave hizo un breve vuelo y no aterrizó en suelo, sino en el mismo tejado desde el que la habían lanzado.
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A las seis y media el gentío, tras la procesión de San Blas, seguía esperando para ver si finalmente la pava aparecía en la plaza.
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