Multitudinaria manifestación de finales de los noventa. IDEAL

EL CAMPO, DE BATALLA: VUELVE EL ESPÍRITU DE LOS NOVENTA

El sector olivarero revive sus momentos más beligerantes, resucitando la marcha a Madrid y las grandes protestas de hace casi un cuarto de siglo

Domingo, 23 de febrero 2020, 00:12

EN mayo de 1997, mientras Emilio Aragón arrasaba con Médico de Familia en televisión y el Real Jaén jugaba la liguilla que acabaría con su ansiado ascenso a Segunda A en Figueras, más de doscientos olivareros comenzaron en Córdoba una caminata en defensa del aceite de oliva, nutriéndose de efectivos dos días después a su paso por Jaén y de otras zonas productoras para llegar en junio finalmente, tras once días (etapas), a la capital de España. Se culminaba así una 'marcha verde' histórica.

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Ya en Madrid, más de 65.000 personas, según los organizadores, y 45 .000, según la Policía Nacional, reclamaron a toda Europa que la reforma del sistema de ayudas al aceite de oliva que planteaba el comisario de Agricultura, Franz Fischler, se tirara a la papelera y que las modificaciones tuvieran en cuenta los intereses del primer país productor. Se estimó que en torno a la mitad de los manifestantes en Madrid eran jienenses. Un año antes, 5.000 olivareros alzaron su voz en Bruselas contra la reforma y uno después, el 14 de mayo de 1998 Jaén se paró. Casi literalmente. Una huelga general y una manifestación multitudinaria del sector obtuvieron un amplio respaldo, dos acciones convocadas por la Mesa del Aceite con el apoyo de numerosos colectivos. La huelga tuvo un seguimiento según los convocantes de un 98% y según la Junta se llegó al 80%. En la manifestación que recorrió las calles de la ciudad fueron 100.000 los congregados para las organizaciones convocantes y 50.000 para la Policía Local. En cualquier caso, algo sin parangón en suelo jienense. El olivar mueve aquí montañas.

Ahora, casi un cuarto de siglo después, el sector olivarero de Jaén, inspirado en aquella acción, ha convocado una nueva 'marcha verde' a Madrid con la supervivencia del olivar tradicional como fondo y con los bajos precios en origen del aceite como mecha. A falta de concretar la fecha y los detalles (como los kilómetros que se recorrerán en cada etapa, se barajan unos veinte), la acción partirá desde Jaén en esta ocasión, aunque a lo largo del recorrido se espera que se vayan incorporando agricultores de otros territorios para mantener activas las reivindicaciones.

Se está estudiando además, una vez en Madrid, instalar una acampada. Todo para «visibilizar la crítica situación de bajos precios en origen que estamos sufriendo desde hace dos años», han indicado en un comunicado conjunto Asaja, Upa, Coag, Infaolia y Cooperativas Agro-alimentarias.

Especulación

¿Qué pasó hace dos años? Que empezó a llover de forma persistente, lo que en el campo es sinónimo de alegría y una siguiente campaña abundante. «Están lloviendo millones», es una frase hecha común en suelo jienense ante la aparición de precipitaciones, a menudo muy esperadas. Pero eso hizo también que, ante la previsión de que habría mucho producto pronto, los compradores empezaran a tirar del precio hacia abajo. La ley de la oferta y la demanda. En principio.

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Más de 65.000 personas protestaron en Madrid;en Jaén hubo una huelga y fueron cien mil los congregados en 1998, algo sin parangón

Porque, según recalcan las organizaciones agrarias, en Jaén y España se produjo más aceite, pero en el resto del mundo no, al contrario, había menos en total. No había «motivo real» para que los precios se hundieran, máxime cuando en Italia, verbigracia, se pagaba ya a mucho más que en España, hasta el doble. «Lo que estamos viviendo es pura especulación», denuncian. De pagarse entonces en Jaén a más de 3,5 euros el kilo de aceite de oliva de media a 1,9 euros ahora, según los últimos datos del Sistema de Información de Precios en Origen del Aceite de Oliva (Poolred). Muchos agricultores jienenses no han cobrado todavía el aceite de los dos últimos años. No liquidan. Ono una buena parte, a la espera de que el precio suba. Esta campaña, aunque han sido una minoría y en zonas de alta montaña y de difícil acceso, ha habido parcelas que se ha dejado aceituna sin recoger porque era más cara la mano de obra y demás gastos que lo que se ingresaría por el aceite producido, según denunció Asaja Jaén. Algo insólito.

«No es que estemos dejando de ganar dinero, es que trabajamos gratis. Es más, a este precio nos cuesta dinero trabajar», lamenta Carlos Expósito, agricultor. «Vamos a dar guerra, toda la que sea necesaria», apostilla otro olivarero Antonio Prieto.

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La revuelta en el campo jienense ha sido ahora el germen de una protesta generalizada de los agricultores de todo el país

Así pues, en mayo pasado, el sector del campo se plantó. Cinco mil olivareros se manifestaron ante la Subdelegación del Gobierno de Jaén. No se consiguió nada. Salvo que nació el llamado espíritu de las Batallas, por la plaza donde se concentraron. Ahora se le suma otro espíritu, el espíritu de los noventa. El caso es dar miedo a quién de verdad puede cambiar la situación.

Una tortilla vale 7 veces más

Agricultores de toda Andalucía cogieron el testigo y se manifestaron el 9 de julio en Sevilla. El secretario general de Coag-A, Miguel López, denunció que, con el aceite a dos euros, se está produciendo «un robo de 1.500 millones de euros (a los agricultores), que se queda la industria, las envasadoras y la distribución, una maniobra de especulación clara que hay que frenar de forma urgente». Los jienenses, según la estimación, pierden tres millones de euros diarios.

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Como tampoco se logró nada, en octubre se manifestaron en Madrid. Miles de agricultores de toda España protestaron en la capital de España, con más de un centenar de autobuses llegados desde Jaén. Cuatro días después, con elecciones generales en el horizonte, Bruselas daba luz verde al almacenamiento de aceite para ayudar a España y subir precios, un mecanismo mediante el cual se paga a los productores por no vender una cantidad determinada de producto durante seis meses, por lo que al haber menos en el mercado el precio debe subir.

Sin embargo, las dos primeras licitaciones, bajísimas, lejos de calmar al sector lo enfureció más, hablando de «vergüenza» y «tomadura de pelo». Fue el empujón definitivo.

El sector se declaraba en enero en situación de «movilización permanente» hasta «que se reviertan los ilógicos bajos precios del aceite de oliva que se encuentran por debajo de los costes de producción» en el olivar tradicional. Se sumaba además a un calendario nacional de protestas del campo por los bajos precios en origen, aunque la revuelta en el campo jienense ha sido en cierto modo el germen de la movilización generalizada de los agricultores de todo el país. Una tortilla de patatas, según un estudio de Coag, cuesta siete veces más del campo (lo que le pagan al agricultor por los productos necesarios) a la mesa (lo que le cuestan al consumidor). El aceitero ha tirado del carro para dar el paso al frente. Ahora el campo arde.

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El 30 de enero la provincia colapsó cortándose sus principales carreteras durante horas, una de ellas sin previo aviso ni permiso, a la altura de La Carolina, con ocho detenidos ya por estas acciones y una treintena de investigados.

Este lunes «todos a las plazas»

Tras nuevas acciones en Córdoba o Granada, a las que se han sumado jienenses, este lunes siguen las protestas de 10:00 a 12:00 horas en las plazas de todos los municipios jienenses (en la de Santa María, con lectura al final del humorista Santi Rodríguez de un manifiesto). Por ahora, han arrancado el compromiso del cambio de la cadena alimentaria en breve por parte del Ministerio en defensa del aceite de oliva, pero los agricultores quieren medidas concretas que reviertan la situación.

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No piden ni un euro, aseguran, sólo una serie de decisiones como permitir la autorregulación por parte del sector (guardar aceite un año en el que hay mucha cosecha para el que haya menos y que no bajen los precios), un reparto más justo de la cadena para que no se lleven «la mayor parte» los intermediarios y unas ayudas de la Política Agraria Común (PAC) que se negocia ahora en Bruselas que prime al olivar tradicional sobre el superintensivo y otros que producen a menor coste. La ministra de Trabajo y el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, les han dicho que sigan presionando, que llevan razón. El apoyo social es total desde todos los ámbitos. En marzo ya han anunciado las organizaciones agrarias que será «caliente». Los agricultores están dispuestos a plantar cara.

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