
ALBERTO ROMÁN
Miércoles, 7 de diciembre 2011, 04:39
Publicidad
Ante un auditorio del centro cultural Hospital de Santiago abarrotado, el sacerdote Robustiano Gallego Muñoz fue nombrado Hijo Adoptivo de Úbeda como reconocimiento a su trabajo comprometido en la ciudad durante más de 30 años, ayudando a los más necesitados en lo espiritual y en lo material, y dirigiendo la parroquia de San Isidoro.
Ocurrió a mediodía de ayer martes, en el transcurso del acto institucional organizado por el Ayuntamiento para conmemorar el aniversario de la Constitución Española, contándose con la asistencia de numerosas autoridades y representantes del tejido político, económico, social, cultural y religioso de la localidad. Además, no faltaron los feligreses que durante años se han dejado guiar por este cura entrañable y cercano.
10.000 ceremonias
El acto, presentado por Leonardo Tallada, comenzó con la intervención de Fernando Gámez de la Blanca, quien se encargó de desgranar la biografía de este nuevo Hijo Adoptivo de Úbeda, natural de Chiclana de Segura, que antes de desembarcar en San Isidoro pasó por parroquias de Martos, Larva, Bedmar y Alcalá la Real. De él destacó su humanidad, su trato siempre amable, su incesante labor pastoral y su implicación activa en todo lo que le rodea. Como dato curioso, desveló que ha oficiado más de 10.000 ceremonias, desde bodas, bautizos y comuniones, hasta funerales e inauguraciones pasando por asambleas de cofradías y parroquias.
Posteriormente, tomó la palabra el portavoz del PA, Francisco Mendieta, como responsable de la propuesta aprobada en comisión el 15 de febrero y ratificada en pleno el 29 de marzo, y como instructor del expediente de nombramiento, que ha contado con cerca de 3.000 apoyos y adhesiones firmadas tanto por particulares como por distintos colectivos de la ciudad. Y tras darse lectura al acuerdo plenario por parte del secretario accidental del Ayuntamiento, Conrado Sierra, el alcalde, José Robles, entregó al protagonista del día el pergamino artístico que le acredita como ubetense de adopción.
Publicidad
En ese momento tomó la palabra Robustiano Gallego quien, apoyándose en «seis folios escritos a mano y llenos de tachones», hizo gala de su elocuencia llana, simpática y directa para agradecer este reconocimiento. Ante los responsables políticos que votaron y apoyaron su nombramiento recordó que él no es de partido alguno, salvo del «partido del hombre», y dijo que lo suyo en la vida no han sido grandezas pero sí apuntarse «a hacer lo pequeño grande».
También aseguró que en estos tiempos «carentes de valores» está orgulloso de ser sacerdote, y aunque ya está jubilado después de haber celebrado sus bodas de oro como pastor de la Iglesia, declaró estar feliz atendiendo la Ermita del Paje, la cual definió como su «pequeña catedral», y colaborando con sus compañeros sacerdotes siempre que se lo solicitan.
Publicidad
Finalizó dando las gracias e invitando a todos a comprometerse en cualquier causa para hacer una sociedad mejor. Como recompensa a sus palabras recibió una larga ovación con el público puesto en pie; un público que, como el resto de los ubetenses, ya pueden llamarle paisano.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.