Las calles de Badajoz se tiñeron de color azul

Cuando el Linares moviliza a su afición porque hay un ascenso en juego la fiesta y el buen ambiente en las calles están garantizadas.

Esta vez no fue una excepción y Badajoz se lleno de camisetas, banderas y bufandas azules desde primera hora de la mañana, tomando las calles, las plazas, los bares y locales de ocio, repartiendo alegría, recordando anécdotas con los veteranos del lugar que recordaban las visitas antaño del Linares al Badajoz.

También emotivo el encuentro con los valientes 80 aficionados vascos que se atrevieron a hacer 8 horas en autocar para estar con su equipo. Se intercambiaron bufandas, camisetas y hasta dulces típicos, porque el fútbol no es sólo lo que ocurre en los 90 minutos de un partido, el fútbol también es la previa, el pospartido y la resaca.

Con el paso de la tarde y dado que el campo está a las afueras de la ciudad, faltaban taxis en Badajoz para llevar a todos los aficionados al campo de forma escalonada. Todos llegaron a tiempo, y entraron con más o menos dificultad por aquello de las medidas especiales, pero todos disfrutaron de un gran encuentro, aunque la fiesta más grande fue linarense tras el pitido final.