«En bachillerato estudié un montón, pero en selectividad no tuve un buen día»

Como a ella les ha pasado a varios de sus compañeros. Poco tiene que ver el instituto con la universidad. «El cambio es muy grande. El enfoque es diferente a lo que hemos visto en el instituto», explica. Sin embargo, la pasión por los números y los problemas es superior a todo lo que se pueda presentar en su día a día o en las convocatorias de exámenes. Tiene experiencia con las Matemáticas y con las horas de estudio delante de los libros, libretas y ordenador.

En el caso de Alexia Martín, para poder matricularse en Matemáticas en la Universidad, en el bachillerato estudió «un montón». Es de Motril, su nota media fue de 9,95 en el bachillerato. Al igual que ella, el resto del centenar de pupilos que están cursando primero, tenían unas «medias casi perfectas» en el instituto. A pesar de que, vuelve a reír, en selectividad no tuvo un buen día con esta asignatura. Al final está feliz: «Entré donde quería y en lo que quería». Es decir, en la UGR y en grado de Matemáticas.

Alexia Martín es la delegada de uno de los grupos de primer curso y la representante en la comisión académica de todos los estudiantes de primero. Reseña que Matemáticas es una carrera muy bien valorada en el mercado laboral. Le gusta lo que está aprendiendo.

A la cuestión de a qué le gustaría dedicarse, no se cierra puertas. No oculta que lo que más le llama la atención es la investigación, aunque apunta que es necesario un expediente académico excelso. «Hacen falta muy buenas notas», apostilla. Por ello, no cierra la puerta a la empresa privada o la docencia en institutos. «Trabaje en lo que trabaje, si está relacionado con las Matemáticas estaré contenta», exclama.