![«La candidatura de Granada es muy buena, muy rigurosa»](https://s3.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/202204/19/media/cortadas/VERDEGAY-kZkC-U1601706606774tRG-1248x770@Ideal.jpg)
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Andrea G. Parra
Granada
Martes, 19 de abril 2022, 00:36
José Luis Verdegay, catedrático de Ciencia de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad de Granada (UGR), empezó a investigar cuando nadie sabía en la ciudad de la Alhambra qué era eso de la inteligencia artificial. Pionero de los de verdad atiende a IDEAL en su despacho en la ETSIIT. Organizó las primeras jornadas y el primer congreso de inteligencia artificial allá por 1986 y 1987. Fue testigo privilegiado del acuerdo, que luego no se materializó, para que Granada albergara el primer instituto de inteligencia artificial de España. Había infraestructura y locales para los investigadores. Curro, porque aunque su nombre es José Luis pocos le llaman así, es un referente nacional e internacional y maestro de varias generaciones.
–Usted estudió Matemáticas. ¿Por qué empezó a investigar en inteligencia artificial?
–Justo cuando terminé Matemáticas me tuve que ir a la mili y a la vuelta, en 1977, empecé a estudiar sobre inteligencia artificial, pero sin saberlo. Fue a principios de los ochenta, la tesis la leí en 1982, cuando tuvimos cierta orientación hacia lo que presuponíamos podía ser la inteligencia artificial, pero sin saber exactamente lo que era.
–¿Qué estudiaban?
–Era una lógica que empezó a llamarse lógica borrosa, sigue llamándose así, con la que nos dimos cuenta de que se podían representar formas de comportamiento de las personas que con la lógica clásica no se podía. Es una lógica que permite sacar conclusiones a partir de expresiones verbales, como nos comunicamos las personas. Eso la lógica clásica no lo permite porque todo es blanco o negro. Tirando del hilo conectamos con un equipo que había en la Politécnica de Cataluña, que trabajaba también en esto, y de la interacción entre ambos ya empezó todo el desarrollo que culminó finalmente en la Escuela de Informática y todo lo demás.
–¿Cuál era el objetivo? ¿Qué perseguían?
–Entonces no había objetivos. Vivíamos una situación todavía de gran aislamiento científico en España. Muchísimo mayor si cabe en Andalucía con respecto a lo que se podía vivir en Cataluña. No teníamos objetivos científicos más allá de lo que era publicar en alguna revista. No había un plan de investigación en España, no había grupos de investigación. Según fue pasando el tiempo, a partir de los años 1982 y 1984 en que se estabiliza el profesorado en las universidades, llega por primera vez el PSOE al Gobierno de la nación y empieza todo a cambiar. Empiezan los planes de investigación, los proyectos de investigación y ahí sí que empezamos a marcar objetivos. Al principio pequeños y luego con colaboraciones y muchas posibilidades de salir al exterior con equipos internacionales. El acceso a los programas de la Unión Europea fue fundamental porque vimos donde estaban trabajando los demás. Antes no llegábamos más allá de los límites de la provincia y nosotros, por nuestras relaciones, hasta Cataluña.
–¿Alguna vez se planteó hasta donde se ha llegado, de momento, y un desarrollo tan potente de la inteligencia artificial?
–No; que era una línea de trabajo que tenía un importantísimo futuro, sí. En 1986, de hecho, organizamos las primeras jornadas de inteligencia artificial en Granada. Creo que fueron las primeras en España. Y en 1987 el primer congreso internacional. Pero claro, nadie, ni nosotros, éramos capaces de prever el futuro tremendo y explosivo de la inteligencia artificial. Ni siquiera hace quince años. Es un campo de experimentación importante y con muchas aplicaciones en el que había muchísimo descreído. Lo que se sabía de inteligencia artificial era lo que desafortunadamente había dejado escrito Isaac Asimov. Y todos nos creíamos lo de 'Yo robot' y las tres leyes de la robótica. Ha hecho mucho daño, desde mi punto de vista, la ciencia ficción. No hablo mal de ella. A mí me encanta. Pero otra cosa es que se crea todo el mundo que lo que pasa en los libros de ciencia ficción es la inteligencia artificial, no tiene nada que ver. No se podía prever el futuro que ha tenido.
–¿Ese descrédito inicial de la inteligencia artificial fue mayor en el mundo académico o en el político?
–En el mundo académico hubo muchas zancadillas y muchas descalificaciones, muchas, muchísimas. Nosotros tuvimos que crear el departamento de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial desgajándonos de un departamento clásico de Matemáticas. No veían claro que pudiéramos desarrollar esto en un departamento de Matemáticas. Creo que fue un gran error de aquellas personas. Y mira donde estamos.
–¿Y el político?
–En Andalucía nunca se apostó por Granada en informática ni en inteligencia artificial. La primera propuesta de instituto de investigación en inteligencia artificial que se hace en España, la hace Enric Trillas, el presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, con el que entonces era rector de la UGR, mi recordado amigo José Vida. Se crearía en Granada. Pero hay un parón desde el punto de vista político en el que hay una apuesta por la Informática por otra ciudad andaluza. Aquel instituto no se ha creado todavía. Bueno, se ha creado recientemente el instituto interuniversitario en Granada de inteligencia artificial. Y del instituto primero de España estoy hablando del año 1986. Lo que ha tenido que llover para que ahora empiecen a decir: 'Bueno, aquellos chavales tenían razón'. Hay documentos en IDEAL dando testimonio del preconvenio del instituto entre el presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y el rector de la UGR. Cuando fuimos con aquello a Sevilla, hubo una que nos dijo: 'Sí, no os preocupéis que de esto me ocupo yo'. Sé el nombre de la persona y el lugar exacto, porque me lo dijo a mí y a otro compañero.
–¿Se ocupó de que se quedara en un cajón?
–Pues no lo sé. Lo que sé es que nunca se recuperó. De hecho en Granada donde había Matemáticas con una larguísima e importantísima tradición, y donde había Físicas, no se eligió como ciudad para desarrollar la Informática. Se designa desde Sevilla que sea Málaga, donde entonces no había Física ni Matemáticas. Se posterga a Granada con una escuela técnica, buena e importante, pero el grado superior se debió ganar a pulso y a costa de que también se pusiera en Sevilla.
–¿Es optimista ahora con la candidatura de Granada para la agencia y el centro de inteligencia artificial?
–Es una apuesta valiente, bien fundamentada, fuerte por parte de Granada. Está bien encabezada por la rectora y el vicerrector de Investigación; respaldada por el Ayuntamiento. De los demás no sé. Creo que no se oponen, la apoyan porque es beneficio para todos. Yo pongo la mano en el fuego por la apuesta de la rectora y del equipo de gobierno de la Universidad. Lo que vaya a pasar desde Sevilla y el resto no lo sé. Tampoco voy a decir que mienta nadie. Han dicho que sí, que lo van a apoyar, me lo tengo que creer. Defiendo la apuesta de Granada, es una apuesta muy buena, muy rigurosa.
–¿Confía en que estén en Granada?
–No. Confío en el resultado del trabajo que se está haciendo y tengo la esperanza de que nos lo reconozcan, pero nada más que eso. No lo veo claro a día de hoy.
–¿Por qué?
–Porque nos han dado tantos palos ya que no me fío de la luz que nos alumbra. Tenemos muchas bazas a nuestro favor sí, seguramente las mejores. Pero creo que puede haber competencia importante desde otras ciudades que podrían jugar también otro tipo de bazas: las políticas. Mira lo que pasó entre Córdoba y Jaén con el centro de logística militar, que era sí o sí y al final resultó ser que no. Soy muy pragmático en ese sentido.
–¿El centro y la agencia deben llegar con muchos recursos?
–No son muy importantes los recursos que tiene que traer por lo que ya aportamos, que es muy destacado. Más que nada serían un poderoso motor de desarrollo, atrayendo a la ciudad proyectos, empresas, programas y demás. No creo que tenga los mismos requerimientos que el Ifmif-Dones. El talento lo tenemos nosotros y los nuevos centros nos tienen que habilitar para que el señor de Cantabria que quiere saber si su sistema basado en inteligencia artificial es ético o no lo es, tenga que presentarlo en Granada para que los expertos lo valoren. Abrirán muchas puertas.
–Usted que conoce bien el panorama nacional en inteligencia artificial y el internacional ¿Qué valoración hace de la posición de Granada?
–Granada en inteligencia artificial puede codearse con cualquier ciudad, grupo e instituto del resto del mundo comparable con los que nosotros nos podemos comparar. Cuando hablan de Granada Valley… Vamos a ver, nos podemos comparar con universidades de nuestro potencial, con algunas por encima del nuestro, pero con los grandes centros no podemos competir ni comparar. Nuestras principales cualidades o lo que creo que nos distingue es, primero, una formación teórica muy sólida y muy rigurosa. En segundo lugar, que en Granada se cuenta con un talento privilegiado, no aislado, quiero decir, con muchas personas que tienen mucho talento. Eso es un motor para toda la ciudad y para toda la provincia. Y luego con una ciudad que es una maravilla salvo en lo que se refiere a los transportes, que es lo que más penaliza el desarrollo en esta línea de investigación (y en otras). Esto lastra bastante. Si se va arreglando podremos competir con cualquier otra y superar situaciones de privilegio que se arrastran desde hace tiempo, derivadas por otros factores en los que nosotros no podemos competir, como por ejemplo el entorno industrial. Talento más, formación mejor, industria la que tenemos. Si aquí tuviéramos un aeropuerto como el de Málaga y un AVE como el de Málaga los congresos serían más fáciles de organizar. Los atractivos que tiene Granada son incomparables, pero cuesta mucho trabajo llegar hasta aquí.
–¿Han perdido congresos por las comunicaciones de Granada?
–No, pero también digo que lo que cuesta organizar un congreso en Madrid o Barcelona, que es cinco, aquí cuesta cincuenta. Pero se hace gracias al tesón, esfuerzo y sacrificio que hacemos todos en beneficio de todos.
–¿Hay riesgo de que se caiga en cierta complacencia y que inteligencia artificial se estanque?
–Espero que no. Una de las ventajas del talento que tenemos es que hay mucha gente joven. Me voy al extremo negativo, si no hay agencia ni centro nacional, no hay financiación en definitiva, si tienes treinta años y no eres nacido en Granada y te dan proyectos, financiación y apoyo en otra ciudad mejor comunicada te vas. A corto plazo, creo que no se va a dar.
–¿Qué tiene que hacer Granada para seguir creciendo en el campo de la inteligencia artificial?
–Lo más importante, que creo que cuesta mucho en esta ciudad, es convencer a todos los estamentos sociales de remar en la misma dirección. Hay entidades y agentes sociales que deben dar un paso adelante y exigir a los responsables que esta idea merece la pena y que hemos decidido apostar por ella unánimemente. Si hay brechas los competidores pueden intentar aprovecharlas. Eso cuesta siempre en Granada. Convencer a toda Granada que es bueno para todos, porque movería a la ciudad y nos llevaría a jugar en la 'champions' en vez de estar jugando en la liga andaluza, que es muy buena, pero lo que se mueve y se gana en un sitio y en otro es muy diferente.
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