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Deja la Universidad de Granada tras 31 años. Ramón L. Pérez
«No ha sido fácil decidir dejar la UGR, pero es el momento de volver a Valencia»

«No ha sido fácil decidir dejar la UGR, pero es el momento de volver a Valencia»

Santiago Carbó Valverde | Catedrático de Universidad ·

«Nuestro modelo de crecimiento pasa por el turismo y nos rescata cuando estamos mal; no se puede dejar de apostar por él»

Andrea G. Parra

Granada

Viernes, 4 de noviembre 2022, 00:50

Un noviembre de hace treinta y un años llegó a la Universidad de Granada (UGR) para impartir clases. Y el mismo mes dirá adiós a esta institución que siempre será la suya. Santiago Carbó Valverde (Gandía, 1966) vuelve a la Universidad de Valencia. En la que estudió y en la que ha conseguido ahora una cátedra. En la Universidad granadina ha promocionado hasta ser catedrático, fue decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales y se ha convertido en un economista de referencia a nivel nacional. Consultor del Banco Mundial, su faceta de investigador le ha llevado a diferentes cargos en órganos de referencia. Dice que seguirá vinculado a Granada, pero cierra el círculo, como si fuera una moneda, y vuelve a su tierra.

–¿Por qué deja la Universidad de Granada?

–No fue una decisión fácil. Cuando se me dio la oportunidad desde la Universidad de Valencia me hizo ilusión porque es donde estudié, en Valencia están todos mis hermanos y el resto de familia, ya que ya mis padres fallecieron. De hecho, mi hermana trabaja en la Universidad de Valencia. A mis padres les hubiera hecho ilusión. En Granada, mis hijos se están haciendo mayores y se van y he pensado que dónde puedo estar mejor. Son dos buenas universidades y están en posiciones muy parecidas en el ranking general y en el área de Economía están muy bien ambas. Era una especie de vuelta a casa que, para mí y otras personas de mi familia, era una ilusión. No obstante, con mucho dolor dejando Granada y su Universidad.

Trayectoria

«He estado en varias universidades, pero la de Granada será mi Universidad siempre»

–¿Seguirá vinculado a la Universidad granadina?

–Desde luego que para cualquier colaboración externa aquí me tienen. Esta va a ser mi Universidad toda la vida. En nuestro ámbito decimos que nunca dejas totalmente una universidad. He estado un tiempo fuera, en Reino Unido, pero aún así la UGR siempre será mi Universidad. Nunca la veré como algo externo, desgraciadamente solo se puede estar en una. Y en este momento me cambio.

–¿Cómo llegó a la Universidad de Granada en aquel noviembre de 1991?

–Estaba haciendo el doctorado en el Reino Unido y decidí venir, inicialmente por razones personales. Pero, además, aquí vi muchas posibilidades. En esos años, empezaba la licenciatura, no había Economía, tardó unos años en venir. La UGR era muy grande y muy consolidada en muchos estudios en el año 1991, pero en Empresariales y Economía, no. Hoy sí, porque tiene unos estudios de Economía y Empresa comparables a cualquier otra universidad de nivel.

–¿Cuánto ha cambiado la Universidad?

–Mucho. Infraestructura, modernización, inteligencia artificial y muchas cosas que antes no había. Tengo el recuerdo en el Hospital Real haciendo gestiones administrativas físicas en 1991 y lo cansado que era. Todo eso ha cambiado. La UGR ha crecido en estudios y se ha ampliado mucho. Se ha beneficiado de que no ha tenido una competidora llamada politécnica de Granada, como en Valencia o Madrid. La UGR ha sido como universal y eso le ha permitido crecer mucho.

–¿Cómo ve el futuro de la Universidad granadina?

–Es muy prometedor. En los últimos años la aparición en los rankings de las diferentes disciplinas muestra todo lo logrado. Tiene un gran reto, como tienen todas las universidades españolas, y es el envejecimiento del profesorado. También el propio éxito en Informática, Economía y otras disciplinas tiene que tener un acompañamiento, tiene que seguir para adelante, porque este mundo no para.

–¿Cree que valora lo suficiente la ciudad a la Universidad de Granada?

–Es una Universidad sólida, en la que uno se siente seguro porque todo, más o menos, funciona bien y razonablemente. Sabemos que tenemos compañeros en distintas ramas con los que colaborar porque es una Universidad que ha llenado casi todas las casillas de estudio. Ha crecido mucho en infraestructura física y, además, el estudiante medio está bastante satisfecho. Es una ciudad muy agradable para vivir. En todos mis viajes por los diferentes países, nunca me han hablado mal de la Universidad de Granada.

–¿La agencia de inteligencia artificial, el Ifmif–Dones, como economista, cómo los valora? ¿Debe apostar Granada por otros grandes proyectos?

–El Ifmif–Dones y el de inteligencia artificial son proyectos tractores que movilizan recursos, te traen empresas, un gran capital humano, pero la ciudad no vive solo de eso. No quiero decir que son proyectos de élite. Son de un gran valor añadido, pero la ciudad tiene que tener algo más. Hay que seguir buscando. No hay opción para los brazos caídos ganes o no ganes las candidaturas.

–¿Qué se debe reforzar?

–La provincia de Granada tiene un sector turístico muy importante con un enorme potencial del que hemos hablado durante los 31 años que estoy aquí. También el agroalimentario. Se debe aprovechar el patrimonio cultural y de eventos a lo largo del año, que permitiría a lo mejor cambiar a un turismo de más calidad. El turismo no se puede dejar de apostar por él, pero ni aquí ni en el resto de Andalucía ni de España. Nuestro modelo de crecimiento pasa por el turismo y nos rescata cuando estamos mal. Ahora mismo nos está ayudando. Se necesita hacer una mayor planificación de eventos, que permita atraer más turistas. Un buen ejemplo para seguir es lo que han hecho ciudades como Málaga y Valencia.

–¿Por qué se habla tanto y no se avanza?

–No hay una estrategia a medio y largo plazo. En estos 31 años se ha cambiado, pero pienso que la estrategia a medio y largo plazo a dónde se dirige la provincia nunca ha estado del toda clara. Tampoco es fácil. ¿Quién la diseña? Si hubiéramos tenido un grandísimo empresario aquí (en vez de Coruña o Valencia) igual hubiera ayudado a entender hacia dónde se debe ir.

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