María Hortensia y Dionisio. Pepe Marín
Almunos del Aula de Mayores de la UGR

«No me gustan las novelas, prefiero venir a clase, que esto me da vida»

Para María Hortensia y Dionisio las tardes, de lunes a jueves, en el Aula Permanente de Formación Abierta son «vida»

Andrea G. Parra

Granada

Domingo, 10 de marzo 2024, 23:52

No le gusta la tele. Cuando sus amigas le dicen que si prefiere ir a clase a estar viendo las novelas, María Hortensia no tiene ninguna duda. Las tardes, de lunes a jueves, en el Aula Permanente de Formación Abierta son «vida» para ella. Tiene ... 77 años y tras ejercer 39 como maestra en varios pueblos granadinos, se jubiló con 60. Estuvo unos años cuidando a su madre, que era muy mayor, y después se apuntó a la Universidad. Su marido, Dionisio Carmelo, que tiene 80 años, ya hacía tiempo que se había apuntado.

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Dionisio ha cumplido veinte  años en el aula de mayores. Junto con Manuel es de los alumnos más veteranos. Este jefe de máquinas de Renfe, de Valladolid, pero 56 años en tierras granadinas, no se aburre de ir a clase. «Aquí se aprende mucho», relataba a las puertas del aula. Tiene más de veinte cuadernos en casa con apuntes de todas las asignaturas. Participa en el coro y también en otras actividades culturales. Ha sido 18 años delegado de aula. Tiene una y mil anécdotas. Más de doscientos contactos en su teléfono móvil. Se jubiló a los 58 y dedicó unos años primero a la pintura y después dos décadas a la Universidad, a la que no pudo ir de joven. Después se ha resarcido.

Para María Hortensia las tardes en casa son «muy largas y aburridas». En la UGR, son otra cosa. Bromeaba con que hay días que «tengo menos tiempo que cuando trabajaba». Precisamente, en las aulas del Espacio V Centenario de la UGR se ha reencontrado con algunas maestras con las que coincidió en colegios y llevaban años sin verse.

Profesores «magníficos»

De los profesores de la UGR –ella estudió en la capital, en La Presentación en Guadix– decía que son «magníficos» y que lo que hacen por el alumnado sénior «no se paga con nada». «Aprendemos mucho», indicaba. Les han enseñado cómo manejar el teléfono móvil para que no les engañen. Una de sus clases favoritas fue la que impartió un militar del Madoc, pero admitía que le interesa aprender de todo. 

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