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Residentes del colegio mayor Isabel la Católica aseguran que las bromas se han sustituido por actividades de convivencia. ROSA SOTO
Las novatadas, ahora juegos de integración

Las novatadas, ahora juegos de integración

Hace cuatro años que la UGR prohibió estas bromas pesadas; en los colegios mayores impulsan actividades de convivencia

Rosa Soto

GRANADA

Miércoles, 17 de octubre 2018, 16:01

Encontrarse con la habitación «patas arriba» con el colchón volcado y la ropa por los suelos, ser víctima de lanzamiento de huevos y harina, convertirse en el sirviente de alguno de los mayores durante una temporada o tener que desfilar en ropa interior por los pasillos de los colegios mayores o residencias universitarias son algunas de las novatadas que parece que «ya pasaron a la historia», pero que todavía se recuerdan en el imaginario universitario.

Gran parte de estas bromas que los veteranos hacen o hacían a los novatos se han ido sustituyendo paulatinamente por juegos de integración y actividades culturales y deportivas, visitas turísticas y encuentros entre estudiantes de diferentes cursos. El objetivo es impulsar la convivencia, sobre todo en los colegios mayores y en las residencias, para luchar contra el acoso que las novatadas pueden ocasionar hacia algunos alumnos.

No obstante, el inicio del curso académico para los universitarios sigue estando directamente relacionado con las novatadas, tradición que pierde fuelle como rito iniciático desde que en 2014 el Senado impulsara una moción para prohibirlas al considerar que muchas de estas «bromas» llegaban a convertirse en «actos de acoso, maltrato, humillación y conductas extremadamente vejatorias». Desde entonces tanto la Universidad de Granada (UGR), como los colegios mayores y otros centros adscritos prohibieron las novatadas y establecieron una serie de medidas disciplinarias contra los impulsores de las mismas. De hecho, esas sanciones, en los casos más graves, pueden conllevar a la expulsión.

La prohibición

El coordinador de Colegios Mayores y Residencias Universitarias de Estudiantes de la UGR, Antonio Almendros, reitera la prohibición de las novatadas tanto en la Universidad como en los colegios mayores adscritos y afirma que, de momento, no han recibido ninguna queja o denuncia relacionada con esta cuestión. Almendros asegura que en esta institución educativa «está todo controlado», aunque reconoce que no pueden supervisar lo que hacen los estudiantes fuera del centro. Aún así, apunta que desde estos colegios y las residencias se están impulsando programas de actividades culturales y deportivas para incentivar las buenas relaciones entre los veteranos y los recién llegados.

El vicedecano de Estudiantes de la UGR, Mariano Aguilar, agrega que actualmente todo está más tranquilo, aunque reconoce que los alumnos de Medicina están esperando hoy a la festividad de San Lucas, el patrón de la facultad, para hacer alguna fiesta. Aguilar reconoce que la víspera del 17 de octubre era una fecha tradicional de novatadas marcada en rojo en el calendario, pero que hoy en día se ha convertido en una jornada de fiesta en la calle. El vicedecano se reunirá próximamente con los estudiantes para recordarles las normas básicas de civismo en lugares públicos y la prohibición de hacer novatadas, pero matiza: «Una tradición es una tradición y cuesta de cambiar». A pesar de esto, recuerda a los estudiantes que con su mal comportamiento «está dejando en mal lugar la imagen de la UGR».

Novatos y veteranos

Ignacio Solís es un malagueño de 22 años que cursa el último año de ADE y reside en el Colegio Mayor Albayzín desde que comenzó. Ahí conoció al almeriense Fernando Gámez, de 19 años, que cursa el doble grado de ADE y Derecho, y a José Víctor Guillén, veinteañero de Málaga que estudia primero de Farmacia. Los tres aseguran que el ambiente en el colegio mayor es muy bueno e insisten en que no existen las novatadas más allá de alguna «pequeña broma». Estos jóvenes explican que la semana pasada los veteranos animaron a los recién llegados a cantar a modo de tunos ante una residencia femenina para dar claveles también a las nuevas estudiantes. «Todo fue en un ambiente animado, de buen rollo, sin obligar a nadie y sin malas intenciones», explica Guillén. «Es una actividad de convivencia para conocernos entre todos», apunta Gámez.

Alberto Giner es uno de los jóvenes de 18 años que se incorpora este curso a la vida universitaria para estudiar Magisterio y conoció a este trío hace un par de semanas cuando llegó a la residencia. Viene desde Águilas y asegura que no ha podido encontrar mejor bienvenida, aunque dice que sí ha sido víctima de alguna que otra «broma sin importancia». A modo de ejemplo, dice que en alguna ocasión se encontró con un cuadro de su habitación girado o cambiado de sitio y uno de los mayores le «pidió» que le recogiera la bandeja del comedor. «Son las típicas cosas para darse a conocer, pero en ningún momento me sentí mal, no lo considero acoso. De hecho, esa misma noche nos fuimos todos juntos de fiesta», afirma. Leo Rodríguez, administrativo de este colegio, explica que los residentes cumplen con las normas «a rajatabla» y son conscientes de que el acoso a un compañero implica la expulsión inmediata del centro. «El ambiente es muy familiar y se generan muy buenas relaciones», reitera.

Cosa del pasado

Residentes del colegio mayor Isabel la Católica coinciden en que «las novatadas ya no existen» y lo que ahora se hacen con «juegos de integración y convivencia». Pablo Peinado, estudiante de Medicina desde hace dos años, optó por el colegio mayor y no por un piso «para conocer a cuanta más gente mejor». Paula Morales llega desde Ciudad Real para empezar Odontología. Es su primer año y lleva dos semanas: «La acogida ha sido muy buena, sin novatadas, pero sí con juegos muy divertidos. La gente es genial», dice. José Ignacio Romero, también estudiante de Medicina, niega que se hagan «bromas de mal gusto» y afirma que en el colegio mayor se organizan cantidad de actividades culturales y deportivas para animar a todos los estudiantes a participar y conocerse.

Ángela Gallero, de Psicología, explica que los juegos y las actividades le ayudaron a conocer gente que no hubiera conocido en otro contexto, algo en lo que coincide su amiga Paula Soler, que empieza el primer año de Medicina este curso. Precisamente, Miguel Jiménez, estudiante de segundo curso de Matemáticas, y Gema García, de segundo de Ingeniería Civil, se conocieron gracias a la programación cultural del colegio mayor. «Todo está muy bien organizado y no hay novatadas, en ningún momento nadie está incómodo», dice Jiménez. García señala que los veteranos son algunos de los que más interés ponen en organizar actos para que los nuevos se suelten y animen a hacer más amistades. «Las novatadas son cosas del pasado», asegura.

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