Guillermo Barrios Morales, uno de los tres investigadores seleccionados en la UGR para disfrutar de una beca Fulbright..

Tres universitarios brillantes de Granada estudiarán en Estados Unidos con becas Fulbright

Guillermo Barrios, Carmen Callizo y Francisco Carrillo, que están haciendo el doctorado en Granada, han logrado una de las prestigiosas ayudas

Miércoles, 19 de mayo 2021, 00:02

Son universitarios excelentes. La carrera la terminaron con expedientes brillantes y su etapa en el doctorado está siendo sobresaliente. Por eso, han podido alcanzar una de las prestigiosas becas Fulbright. Completarán sus estudios con estancias en centros de referencia de Estados Unidos. En ... Andalucía han sido once los jóvenes seleccionados. De la Universidad de Granada (UGR) son tres. Están haciendo el doctorado. Son Guillermo Gabriel Barrios, Carmen María Callizo y Francisco Carrillo. Estos universitarios contarán con el patrocinio de la Consejería de Transformación Económica de la Junta de Andalucía.

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Los tres jóvenes cuentan qué investigan en la institución universitaria granadina y qué proyectos harán en las universidades estadounidenses.

Guillermo Barrios Morales.

Guillermo Barrios Morales

Un físico de matrícula de honor que investiga para entender el cerebro

Guillermo (Granada, 16-04-1995) es uno de los universitarios que ha conseguido esta beca tan competitiva. Es graduado en Física (con un 9,44 sobre 10) y en Bioquímica (8,66 sobre 10). Está haciendo el doctorado en Física y Matemáticas en la Universidad granadina, centrado en la Física de los sistemas complejos. Iniciará en noviembre su estancia de investigación predoctoral de nueve meses en el IBM Thomas J.Watson Research Center, en Nueva York. Trabajará en un proyecto con unos recursos (superordenadores) que son punteros desde un punto de vista tecnológico.

Barrios trabaja en proyectos a caballo entre la física y la neurociencia. «Tratamos de entender cómo funciona el cerebro (por ejemplo, cómo codifica y procesa información) usando herramientas de la física de los sistemas complejos. Otra línea de investigación, importante para el proyecto que realizaré con la beca Fulbright, será la de desarrollar algoritmos de inteligencia artificial o 'machine learning' que sean más realistas desde un punto de vista biológico, es decir, en cierto modo tratar de conseguir inteligencias artificiales que operen de manera más similar a como lo hace nuestro cerebro», relata este joven con una mente privilegiada y gran capacidad de trabajo.

Para tener ese expediente de matrículas de honor, dice que no hay ningún secreto. «Es una mezcla de constancia, ambición y curiosidad. La necesidad de saber más siempre me ha permitido disfrutar de lo que estudio, por lo que en general nunca ha supuesto una carga el dedicarle mi tiempo», aclara.

En la Universidad granadina está en su segundo año de doctorado y como parte del mismo investiga e imparte docencia en tres asignaturas diferentes. «Mi idea es seguir en la investigación, continuar formándome a través de estudios de post-doctorado en el extranjero y posiblemente volver a España para acabar liderando un grupo donde la multidisciplinaridad sea el denominador común», explica.

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Lo más complicado de una carrera científica y docente «es probablemente la incertidumbre derivada de una precariedad laboral especialmente acentuada en la investigación española», sostiene. «Las oportunidades para volver a España con un contrato decente una vez acabados los estudios de post-doctorado son escasas y la competitividad es muy alta, lo que supone una presión añadida a un trabajo que puede ser ya de por sí bastante estresante al tener que compaginar docencia e investigación», concluye.

Carmen María Callizo.

Carmen María Callizo

La filósofa que busca cómo influye el paso del tiempo en el comportamiento

Carmen María (Murcia, 20-10-1992), graduada en Filosofía en la Universidad granadina, desarrolla sus estudios de doctorado en Psicología, en el área de la Ciencia cognitiva. El destino de su formación predoctoral será la Universidad de Santa Bárbara en California. La estancia será de noviembre de 2021 a junio de 2022.

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«Esta estancia supone una gran oportunidad de desarrollo a nivel tanto académico como personal, que confío en que me ayude a desarrollar mis objetivos a corto y a largo plazo –explica–. Me permite poner en comunión las diversas áreas en las que me he formado de manera interdisciplinar para estudiar cómo las experiencias que vivimos en diversos contextos afectan a la forma en la que pensamos, una pregunta que he perseguido desde hace muchos años. Además, me permite sumergirme en la emblemática cultura estadounidense, al menos en la de la costa Oeste, que es algo con lo que sueño. Por todo ello, estoy muy agradecida a la Comisión Fulbright y a la Junta de Andalucía». En la Universidad de Santa Bárbara trabajará con la doctora Ann Taves.

Callizo tiene claro que quiere continuar su carrera investigadora y docente. «Mi objetivo es poner mi granito de arena en el desarrollo del campo de la ciencia cognitiva de la religión en España. La doctora Ann Taves es una de las pioneras de esta disciplina, la cual está ya bastante desarrollada en Estados Unidos y algunos países europeos. Sin embargo en España está todavía emergiendo», explicita.

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Para su tesis está investigando cómo las personas de diversas culturas y religiones piensan sobre el tiempo, es decir, el pasado el presente y el futuro, y cómo esto afecta a su comportamiento. «Trabajamos en una línea de investigación internacional sobre cómo la situación social derivada de la pandemia por coronavirus está afectado a la percepción del tiempo y a la religiosidad en personas de diversas culturas», concreta. Está realizando la tesis doctoral en el Centro de Investigación Mente Cerebro y Comportamiento de la UGR, con un contrato predoctoral otorgado por el Ministerio de Economía.

En esta carrera de fondo, lo que es más difícil para Callizo es afrontar la incertidumbre. «Yo quisiera trabajar en una universidad española de forma estable, pero sé que para tratar de conseguirlo, he de seguir formándome e investigando en el extranjero, probablemente durante unos años», admite.

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Hasta el momento ha conseguido muy buen expediente en el grado y demás formación. «Siempre he pensado que si uno hace lo que le apasiona, su dedicación dará lugar a los mejores frutos tanto académicos como en lo que puede ofrecer a la sociedad», matiza.

Francisco Carrillo.

Francisco Carrillo Pérez

El informático que hace inteligencia artificial para abordar el cáncer y la física de partículas

Francisco (Alfacar, 03-02-1995) irá a la Universidad de Stanford, donde permanecerá doce meses. Trabajará codo con codo con gente puntera y en un lugar de reconocimiento mundial. «Creo que puedo aprender muchísimo durante mi estancia, y es lo que me parece más importante, para poder implantar todo lo que aprenda a mi vuelta», afronta con ilusión y ambición.

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Carrillo trabaja en la integración de distintas fuentes de información biológica para el diagnóstico de la enfermedad del cáncer haciendo uso de técnicas de deep learning y machine learning. «Deseamos poder dar un diagnóstico más robusto que si se utilizase cada fuente de información por separado. Esto sería similar a si se les pidiera su opinión a distintos médicos expertos en distintas pruebas médicas (rayos X, análisis de sangre, etc.) y se pusieran en común para dar un diagnóstico final –explica–. También he trabajado en el uso de este tipo de técnicas para problemas de física de partículas, y al análisis de datos y creación de software en problemas de odontología y electromiografía».

En la UGR está realizando su doctorado bajo la supervisión de Luis Javier Herrera Maldonado e Ignacio Rojas Ruiz gracias a un contrato FPI, en el departamento de Arquitectura y Tecnología de Computadores. Ha trabajado en la empresa privada y le gustaría poder combinar la investigación con la implementación de ese conocimiento en una empresa. La investigación en las instituciones públicas también le atrae.

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Su interés por la Informática tardó en despertar, aunque creció rodeado de ordenadores, porque su madre los utilizaba para trabajar. Pero en bachillerato, trasteando con el móvil, cambiando el sistema operativo, acabó decantándose por esa carrera. «Lo que más me gusta es que puedes trabajar con gente de muchos campos distintos, por lo que nunca paras de aprender, cada día resuelves problemas nuevos», explica el joven investigador.

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