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Cadillac Eldorado Biarritz de 1959
Cuando Cadillac y Riva tuvieron una cita en el agua

Cuando Cadillac y Riva tuvieron una cita en el agua

En el año 1960 el industrial milanés y regatista olímpico Aquille Roncoroni encarga al astillero Riva una lancha muy especial

Santiago de Garnica Cortezo

Sábado, 14 de agosto 2021, 01:21

Es el 20 de enero de 1953. Los ojos de millones de americanos se centran en las calles de Washington. Dwight D. Eisenhower se dirige por la inmensa Avenida de Pensilvania hacia la Casa Blanca tras jurar su cargo como trigésimo cuarto presidente de los Estados Unidos de América. Acompañado de 'Mamie' Eisenhower, 'Ike', el general triunfador de la Segunda Guerra Mundial, alza su figura desde la plaza izquierda posterior de un espectacular convertible blanco ('Alpine White', en el código de colores del fabricante), mientras saluda al público. El enorme automóvil es el nuevo Eldorado de Cadillac, que entra así en la leyenda gracias a su prestigioso pasajero.

Un año antes, la firma americana fundada por William Murphy, celebra su medio siglo de vida con una exposición en la que ha presentado un prototipo, un 'dream car' que dará lugar al Eldorado. No es un modelo más en la historia de la marca sino el principio de una nueva era en la misma, caracterizada tanto por los refinamientos técnicos como por un estilo audaz que culminarán con el Eldorado Biarritz de 1959, con sus características y legendarias aletas posteriores. Las raíces de esta trayectoria están en el final de la II Guerra Mundial y en la lucha entre Cadillac y Chrysler por dominar el alto de gama del mercado de los Estados Unidos.

Eldorado Biarritz de 1959

La inspiración aeronáutica

Todo comenzó un día de 1948 cuando Harley Earl (1893-1969), responsable de estilo de General Motors, lleva a sus mejores diseñadores a una base aérea militar cerca de Detroit para estudiar el Lockheed P-38 Lightning, uno de los cazas estadounidenses más poderosos, rápidos, y originales (tenía un doble fuselaje) utilizados durante la finalizada contienda. La inspiración se reflejará en los apéndices protuberantes que van a ser protagonistas de los futuros modelos de Buick y Cadillac, máximos representantes de la lucha de la General Motors con Chrysler.

Eldorado Biarritz

En esta carrera contra Chrysler, el Cadillac Eldorado Biarritz de 1959 supondrá un importante capítulo. El modelo aparece en un momento en que la aeronáutica y los vuelos espaciales impactan a la sociedad americana. El Eldorado Biarritz no es solo una carrocería espectacular, es también una tecnología avanzada: basta apretar el correspondiente botón para que se cierren puertas, capote o descapote, o se abra el maletero. A esto se suman los elevalunas eléctricos, el desbloqueo automático del freno de mano, el control de velocidad, la dirección asistida o el cambio automático de luces (de largas a cortas) cuando detecta un coche que viene de frente ¡Hablamos de un automóvil de hace más de sesenta años!

Interior Eldorado

El astillero Riva

Todo este despliegue no solo asombra en los USA, sino también en Europa. En Italia, el astillero Riva, de la mano de Serafino Riva (el creador de las fueraborda) ha vivido una época de esplendor en los años 30 donde su nombre era el equivalente náutico de Bugatti o Hispano Suiza. Sus lanchas han seducido a la aristocracia europea que navega en las aguas de la Costa Azul. Pero tras la contienda mundial, la situación financiera del astillero no pasa su mejor momento y es entonces cuando el hijo de Serafino, Carlo Riva (1922-2017), toma las riendas de la empresa con el objetivo no solo de recuperar la economía, sino también de modernizar su marca con nuevos productos.

Como muchos empresarios europeos de la época, Carlo es un admirador de la industria americana, de su capacidad de progreso y de su tecnología. Así en 1951 viaja a los Estados Unidos en busca de motores para sus lanchas. Y se ve seducido no solo por los enormes V8 americanos, sino también por el diseño de sus automóviles, por los parabrisas panorámicos, amplios asientos, volantes, salpicaderos, nuevos materiales, cromados, colores… Y todo este estilo inequívocamente americano lo refleja en sus lanchas de preciosa madera como la Ariston.

La Riva Tritone Special

Pero vamos a centrarnos en la famosa Tritone de 1950, de 8 metros. Esta lancha, la primera de la marca italiana en llevar dos motores (montaba mecánicas Chris-Craft), sería la de mayor fama del astillero italiano hasta la llegada de la Aquarama en 1962. En sus ocho plazas se sentaron personajes famosos como el Aga Khan, Rainiero de Mónaco, o Richard Burton y Liz Taylor, entre otros. Entre 1950 y 1966, se construyeron 257 unidades de esta Riva, tanto del modelo básico como de tres versiones más La culminación sería el Super Tritone (más larga y potente) de la que se hicieron 21 unidades. Y aparece también en los registros diez de ellas con motores Cadillac.

Salpicadero de la Riva Tritone

Un encargo muy especial

Pero en nuestra historia debemos subrayar una unidad muy especial que encargó en 1960 el industrial milanés y regatista olímpico Aquille Roncoroni. Se trata de la Riva Tritone Speciale Cadillac 'Ribot III'. Su casco de 8,30 metros estaba propulsado por dos motores V8 derivados del utilizado por el Cadillac Eldorado Biarritz, con 325 CV de potencia cada uno. Para resaltar la belleza funcional de los V8 Cadillac pintados en rojo, el interior del compartimento motor se terminó en blanco, por petición del propio Roncoroni. Se tuvo que pedir un juego de letras único para el casco y el tablero, ya que Riva nunca antes había aplicado la palabra 'Speciale' a un barco. La tapicería se diseñó en una combinación de azul, rojo y blanco con asientos delanteros divididos y no una banqueta única, lo que permitía un fácil acceso a la parte trasera. El salpicadero es absolutamente espectacular, con un cuadro completo de instrumentos con bisel cromado, algunos de los cuales tuvieron que ser calibrados especialmente para este barco. El nombre Ribot III también tiene su propia historia. Es el de un famoso caballo de carreras y fue también utilizado por Guido Abbate, el famoso piloto en dos de sus lanchas de carreras, las Ribot I y II.

Los dos motores Cadillac de la Riva Tritone

La propia Ribot III con el piloto de pruebas Arturo Savoldi alcanzó unos impresionantes 96 km/h, un nuevo récord de la casa para un runabout Riva propulsado por motores y hélices originales, y unos 10 km/h más que cualquier otro modelo de la casa. Si bien se cuenta que el rey Hussein de Jordania quiso encargar una unidad de la Tritone Speciale Cadillac, en Riva cumplieron su compromiso de exclusividad con Roncoroni.

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