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Viernes, 24 de julio 2015, 02:21
Marc Homs tiene 18 años y se prepara para lo que se antoja como una más que prometedora carrera en el campo de la física cuántica, la disciplina que aúna sus dos grandes pasiones: la física y las matemáticas. Su expediente académico es impecable y su capacidad no conoce límites, llegando incluso a haber sido medalla de bronce en las Olimpiadas españolas de Física.
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Por ello, al acabar el Bachillerato, decidió presentar el proyecto final de éste, a modo de trabajo de investigación, y bajo el título 'La no localidad cuántica y sus aplicaciones', en un concurso organizado a nivel local en el municipio barcelonés de Rubí, en el que el joven estudia, para descubrir, entre sorpresas y una sonrisa, que había sido descalificado, por superar el nivel de conocimientos exigidos.
"Nos supo muy mal tener que descalificarlo, porque es realmente bueno, pero la física cuántica no es precisamente una materia que se enseñe en el Instituto", afirmó una fuente municipal, que añadió -también- que "de haberse admitido el trabajo de Marc, no hubiera competido en igualdad de condiciones con sus compañeros".
Aunque el chico se lo tomó con filosofía y buen humor, no está de acuerdo con la decisión tomada por los responsables del concurso: "Creo que lo que consiguen imponiendo esta norma es que la gente no se esfuerce por encima de lo que se les pide. Este tipo de premios deberían incentivar a que la gente trabaje y se apasione, no creo que sea bueno para la sociedad en general imponer límites al esfuerzo y la calidad" -sentenció.
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