En vísperas de que el Rey Felipe VI inicie una nueva y última ronda de negociaciones para elegir presidente de gobierno en la que parece la legislatura más corta de nuestra historia, nos movemos entre lo inadecuado que era la actividad que desarrollaba el marido de una infanta de España, como escuchamos esta semana declarar al exabogado de la Casa Real, y el matonismo verbal con el que se manifestaba el líder de Podemos. Pablo Iglesias arremetía contra un periodista en una clara muestra de intolerancia y ataque a la libertad de expresión. Intentar acabar con el mensajero siempre es el recurso fácil para quien no tiene argumentos. No es la primera vez que ocurre e imagino que se repetirá en el futuro. Acepto que se me tache de corporativista, pero como el buen periodismo se acabe, apañada va esta sociedad. Ya hemos visto la trascendencia de los papeles de Panamá y de multitud de ejemplos más próximos.
Publicidad
Siga leyendo aquí.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.