Felipe VI visitó este lunes por primera vez El Campello (Alicante) para honrar la memoria de Rafael Altamira y rendir tributo al humanista y jurista fallecido en 1951 en el exilio de México. El monarca fue el encargado de presidir un acto íntimo en el ... cementerio alicantino, donde los restos del dos veces propuesto al Premio Nobel de la Paz e impulsor del Tribunal Internacional de La Haya ya reposan.
Publicidad
El Rey, que participó en 2015 –en México– en uno de los reconocimientos realizados a los republicanos españoles que tuvieron que abandonar España por la dictadura, quiso recalcar el «honor» –escribiendo de su puño y letra en el libro de honor del ayuntamiento– que suponía «presenciar y acompañar» la inhumación final de Altamira. A su juicio, «una ilustre figura intelectual» al que se le rinde ahora homenaje en un acto «de justicia histórica y reparación, de concordia y reconciliación».
El jefe del Estado también dejó por escrito su agradecimiento a todos los que han hecho posible cumplir el deseo del escritor, que falleció a más de 9.000 kilómetros de España y ahora sus restos regresan a su tierra natal. Mari Luz Altamira, nieta del humanista, afirmó durante la ceremonia que «74 años después de su fallecimiento, la patria que un día le condenó al exilio le abre los brazos con respeto y dignidad en un acto de justicia histórica que refleja la reconciliación de un país con sus hijos más ilustres».
Asimismo, Ignacio Ramos Altamira, bisnieto del jurista, agradeció los esfuerzos por la repatriación de los restos de su bisabuelo, además de recordar –dirigiéndose a Felipe VI– que Altamira era «un liberal al que su abuelo, Alfonso XIII, escuchó para la recuperación del vínculo con el pueblo iberoamericano».
Publicidad
La ceremonia, que no forma parte del centenar de actos previstos por el Gobierno a raíz del cincuentenario de la muerte de Francisco Franco, también contó con la presencia del president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón –institución que ha sufragado los costes de exhumación y repatriación de los restos mortales del intelectual hasta Alicante–, así como del alcalde de El Campello, Juan José Berenguer, como administración anfitriona.
Altamira nació en Alicante en 1866 y destacó por su férrea defensa de valores como la democracia. Su trayectoria se mide en hitos como sus candidaturas al Nobel de la Paz en 1933 y 1951. Y también que fue uno de los diez jueces permanentes entre 1921 hasta 1940 del actual Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
El Diario Montañés
Las zarceras tras las que se esconde un polígono industrial del vino en Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.