El congreso extraordinario que vivió el PP este viernes y sábado pasará a la historia por distintas causas, entre ellas la puesta en marcha de unas elecciones primarias tras la renuncia de Mariano Rajoy, presidente de esta formación durante casi quince años. El cataclismo que ... supuso la moción de censura promovida por el PSOE desembocó en una crisis para el PP, que concluyó ayer con un nuevo liderazgo, el de Pablo Casado, de 37 años, claro exponente de un cambio, aire fresco, alejado del ejercicio del poder. A ambos les une un partido, un gran partido, fundamental en la democracia española, pero en apariencia les separan ciertas actitudes, conceptos e incluso la forma de entender lo que es la misma política.
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Rajoy se despidió el viernes como un señor, sin apostar por ninguno de los dos candidatos. Tenía todo el derecho a reivindicar su gestión y la dedicación a la política como tarea noble e imprescindible. Aunque no citó expresamente a la corrupción, de la que se ha sentido víctima, habló de las miserias, falta de moral y valores, que hay que gobernar muchas veces desde la incomodidad o impopularidad. Fue tajante en que él será leal, en clara alusión a un Aznar al que tampoco mencionó. Sí lo hizo Casado, en lo que puede interpretarse como su rehabilitación o recuperación. Es una gran diferencia, como la que han mostrado los dos inquilinos 'populares' que han vivido en la Moncloa...
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