Los socialistas insisten en agitar la dependencia entre PP y Vox

La presidenta del Congreso y exjefa del Gobierno balear, Francina Armengol pidió a su sucesora en el cargo autonómico, Margalida Prohens, facilitar la salida del presidente del Parlament, Gabriel Le Senne, miembro de Vox. También describió la situación propiciada el miércoles por el reparto de 347 menores no acompañados entre varias comunidades como un hecho que «demuestra el fracaso absoluto de los pactos con la extrema derecha».

En unas declaraciones distribuídas a los medios, La portavoz de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, Esther Peña, reclamó lo mismo al líder de los populares. «Es verdad que el señor Feijóo no se precia por haber sido una persona especialmente ni valiente ni coherente en política», apuntó la socialista, para seguidamente indicar que puede serlo si lleva a cabo «la ruptura con Vox» en los 114 ayuntamientos que gobiernan conjuntamente.

Peña arremetió contra la producción en los territorios gobernados por PP y Vox de leyes «muy lesivas» para la ciudadanía y ha exigido su derogación inmediata. En concreto, puso el foco en toda la normativa, reglamentos y leyes que han elaborado «en contra de las mujeres, del colectivo LGTBI, de la memoria democrática y de los intereses de las personas trabajadoras».

Por su parte, el secretario general de los socialistas andaluces, Juan Espadas, celebró como una «magnífica noticia» la ruptura de los acuerdos de gobierno autonómicos de PP-Vox, aunque insistió en otro de los argumentos que estos días está deslizando Ferraz, que los pactos se han roto porque la formación liderada por Santiago Abascal «ha decidido salir de ellos, no porque el Partido Popular les haya invitado a irse».

En esa línea, recriminó a al actual presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ser el «primer líder de la derecha española que se apoyó en la ultraderecha para ser presidente», pese a que ahora gobierna con mayoría absoluta.