El Supremo descarta con dudas que la mano derecha de López participara en la filtración

Eso sí, el instructor deja claro que no se cree a pies juntillas la versión que, como testigo, ofreció Sánchez Acera durante el interrogatorio al que fue sometida el 12 de marzo. Es más, incluso advierte de que en breve podría deducir contra ella un procedimiento por falso testimonio. Entonces, la hoy secretaria de Organización del PSOE madrileño afirmó que no recordaba quién le había pasado el mail del abogado de Alberto González Amador y cuya textualidad envió la mañana del 14 de marzo de 2024 al entonces líder de los socialistas madrileños, Juan Lobato. López Acera, que afirmó haber borrado también ella todos los mensajes de su terminal y haber cambiado de teléfono, defendió ante el juez del Supremo que ella solo rebotó a Lobato un pantallazo -un documento sin fecha y sin formato de correo electrónico- aunque sí que correspondía al texto completo del mail.

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El instructor, en el auto en el que desvincula a Sánchez Acera de la filtración, desestima una serie de diligencias solicitadas por el propio González Amador y por la acusación popular de la Fundación Foro Libertad y Alternativa, tras las declaraciones prestadas como testigos por Sánchez Acera y por el exsecretario de Estado de Comunicación Francesc Vallés. Ambas acusaciones pedían indagaciones sobre terminales móviles de ambos, y de otros dirigentes y empleados del PSOE como Santos Cerdán, además de la citación a testificar del jefe de gabinete de Juan Lobato.

El auto argumenta que las diligencias pedidas iban encaminadas a averiguar el recorrido posterior del famoso mail del abogado del novio de la presidenta de Madrid desde que llega a manos de Pilar Sánchez Acera, lo que entiende que «ninguna relevancia tiene en orden al objeto de investigación, porque, descartada una eventual participación de ella en la presumible filtración del secreto (...) huelga extender la investigación sobre aspectos que solo aportarían información respecto de ese posterior recorrido».

El instructor argumenta que debe descartarse la imputación en la revelación de la actual líder del PSOE madrileño por dos motivos: primero, y esencial, porque aunque hubiera filtrado, cosa que rechaza el juez, no habría conocido el contenido del mismo «en la calidad de ser el funcionario público que conoce los secretos que se revela», pues no es fiscal. Y, en segundo término, porque desde el momento en que recibe una información reservada a la que ha dado publicidad otro, «ella no hizo público secreto alguno».

Su conducta «se circunscribe a que, habiendo recibido el correo de 2 de febrero de 2024 (el del abogado de González Amador), presumiblemente filtrado de Fiscalía (...) lo hace llegar a Juan Lobato, para que éste haga uso de él en la Asamblea de la Comunidad de Madrid en la mañana del día 14».

«No reveló nada, por tanto, y, en consecuencia, falta el primero de los requisitos para poderle considerar partícipe de un delito de revelación de secretos, que, como digo, es fundamental para tomar la decisión sobre las diligencias de investigación que solicitan las transacciones», dice el auto.