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A la izquierda, sanitarios del Clínico posan junto a un adorno hecho por ellos;a la derecha, una profesional del Virgen de las Nieves señala un belén. IDEAL
La Navidad de las batas blancas y el pijama en Granada
Historias de Navidad

La Navidad de las batas blancas y el pijama en Granada

Este año vuelven a tocar navidades extrañas en el interior de los hospitales granadinos, donde se han limitado actividades que suelen hacerse siempre. Se celebrarán menos, pero tratarán de lograr una atmósfera lo más cálida posible especialmente para los niños, los verdaderos reyes de estas fechas

Sergio González Hueso

Granada

Jueves, 23 de diciembre 2021, 00:40

Cientos de granadinos pasan cada año las navidades en el hospital. Allí se quedan ingresados, curándose, mientras otros tratan de disfrutar junto a los suyos en unas fechas que se viven con mucha intensidad. Para lo bueno o para lo malo, es un periodo especial. Y así se siente también en el interior de estos centros, hoy bunkerizados de nuevo por el incremento de casos de covid-19.

Serán unas navidades raras. Por segundo año consecutivo, la pandemia ha reducido las actividades que se desarrollan con motivo de esta festividad. Desde siempre la idea ha sido generar una atmósfera agradable para pacientes, sobre todo para los niños, siempre los niños, pero también para los trabajadores: los que se van, pero principalmente para los que se quedan de guardia. «Sois la luz de este tiempo», dice un mensaje sobreimpresionado en una bola blanca de Navidad que cuelga sobre un abeto que hay en el acceso de Consultas Externas del Clínico San Cecilio. La frase es de un trabajador del Corte Inglés, que ha tenido esta forma de felicitar las fiestas a quienes, quizá, más se lo merecen este año: a los profesionales sanitarios. Sus compañeros han hecho lo mismo. Y por eso ahora lucen dos árboles maravillosos en esta zona del hospital del Parque Tecnológico de la Salud (PTS).

Forman parte de los adornos que salpican pasillos, vestíbulos o habitaciones. Lo normal en estas fechas. Es Nochebuena. Esta noche ha previsto el chef un bisqué de cangrejos con langostinos, un muslo de pavo en pepitoria con cous cous y una tarta de tres chocolates. Y para rematar, mantecados. Al día siguiente olerá a churros y a la hora de comer, a gulas con ajo y guindilla. Es la tradición. En las fechas señaladas se come con abundancia y recetas más elaboradas. Como si estuvieran en casa. O casi. También se ve cine familiar para que disfruten los pequeños. Quizá no en el sillón, pero sí en la cama tumbado. Este año toca la nueva de Disney. Al menos en el hospital Virgen de las Nieves, que esta Nochebuena proyecta 'Encanto'. Es una de las actividades predilectas de los pacientes más pequeños, que también disfrutan a rabiar del coro que pasó hace dos días por todos y cada uno de los centros que integran este complejo hospitalario.

En el Clínico San Cecilio también fue todo un éxito la actuación de música y magia que, de manera altruista, realizó un grupo de tres profesionales de los espectáculos infantiles en el aula hospitalaria ubicada en la sala de hospitalización pediátrica. Un gesto típico en estas fechas en las que muchos dan lo mejor de sí. Es habitual que los centros reciban regalos de particulares o de asociaciones. Al hospital de la Caleta han llegado este año cestas de Navidad, material para dibujar o adornos propios de estas fechas. Es una forma de hacer que pase el trance de estar ingresado. Y más un año en el que el virus está volviendo a limitar la vida en el interior de estos complejos hospitalarios. Muchas de las actividades se las ha llevado por delante la sexta ola, que nadie sabe todavía qué vuelo alcanzará. Las cabalgatas de reyes magos, las visitas exteriores de jugadores de fútbol o de baloncesto, la patrulla de asalto de la Guerra de las Galaxias... todos ellos tendrán que esperar al menos una Navidad más.

El virus no da tregua y por ahora más vale ser cautelosos. La decoración, las donaciones o los menús elaborados con todo el cariño posible serán las pruebas y el contexto de unas nuevas fechas navideñas algo descafeinadas en el hospital. A decir verdad siempre lo son, al menos para el que está allí bajo el mandato imperativo de la enfermedad. Pero no todo está perdido. Los reyes magos, aunque no se enseñoreen por esos largos pasillos hospitalarios, saben llegar solitos a las habitaciones de los más pequeños, a quienes no solo agasajan con regalos, sino también con los mejores deseos de una pronta recuperación.

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