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El ciclista Pablo Benavides, con el reportaje de IDEAL de su hazaña solidaria, su esposa y su hijo Mark. Blanca Rodríguez
Un compromiso social para toda la vida
Historias a las que volver | Pablo Benavides

Un compromiso social para toda la vida

Medio año después de completar el Camino de Santiago en bicicleta y recaudar 20.000 euros de cara a combatir el cáncer infantil, el joven saca fuerzas para involucrarse en otras iniciativas movido por la leucemia de su hijo

Viernes, 3 de enero 2025, 00:00

Poco más de medio año. Concretamente, siete meses. Es el tiempo que ha pasado desde que Pablo Benavides cruzara la península y lograra 'conquistar' Finisterre. Todo un acto de fe cargado de esfuerzo por una buena causa. Un reto solidario encomiable y para el recuerdo. El suyo propio, pero por el bien de todos aquellos que más lo necesitan.

La vida de este granadino de 32 años cambió por completo gracias a la maestra de su hijo. A Mark –su niño de tres para cuatro años– le salían muchos hematomas en la piel sin razón aparente. Una situación que llevó a su Escuela Infantil Nuestra Señora del Rosario de Armilla a dar la voz de alerta. Tras múltiples pruebas médicas y constante confusión entre los profesionales, al pequeño le diagnosticaron leucemia promielocítica aguda en diciembre de 2022. Una muy poco común en pacientes de tan corta edad. Fue entonces cuando comenzó toda una carrera por poner su vida a salvo.

Mark ingresó en el hospital, donde permaneció hasta el mes de octubre de 2023. Un proceso largo que continuó en casa de la mano de sus progenitores. Pablo lo recuerda muy bien y, afortunadamente, con una sonrisa. «Aunque todavía resta un gran camino por delante, mi hijo evoluciona bien. Sigue sometiéndose a análisis y pruebas para controlar la enfermedad. De momento, sale limpio y tiene el alta. Si evoluciona igual durante unos años, le darán la definitiva», revela esperanzado ante IDEAL.

20.000 euros

El caso de Mark llevó a su padre a elevar a la máxima potencia su afición por el ciclismo. Lanzado a apoyar la investigación sanitaria y científica, el único clavo ardiendo al que agarrarse ante ciertas enfermedades raras y síndromes, Pablo se embarcó en toda una aventura solidaria. Se dispuso a completar el Camino de Santiago en bicicleta desde Granada para visibilizar el cáncer infantil y recaudar 20.000 euros. Y lo consiguió. «Tener que enfrentarse a una situación como la de mi hijo siendo un niño, con total indefensión, es una pena. Acordé entregar los fondos a las asociaciones Capitán Antonio y AUPA. Fue duro. Los primeros días padecí una gastroenteritis grave que me mermó. Ni siquiera podía pedalear hasta Córdoba, pero se me fue pasando y cumplí mi cometido. Llegué a la Plaza del Obradoiro en seis días, 1.158 kilómetros y 168.212 pedaladas. Por supuesto, conseguí el dinero», rememora.

Y para 2025, Pablo no para. «No puedo dedicarme en cuerpo y alma a esto, tengo que trabajar para darle de comer a mi hijo. Pero quiero organizar eventos deportivos benéficos. Mi amigo Fermín está ideando uno para visibilizar la soledad de la tercera edad. Ya lo anunciaremos», concluye el ciclista. Su compromiso sigue intacto.

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