Una Navidad de cuento entre vinos y mercadillos en Zúrich

Inés, que hoy tiene 28 años, vivía en Madrid, donde trabajaba en una 'Big Four', en Deloitte, cuando la llamaron de una empresa suiza. «Estaba un poco explotada y esta me pareció una muy buena oportunidad. Me contactaron ellos, vine en verano a hacer entrevistas y me encantó», comparte con IDEAL. Así que en septiembre de 2023 se subió a un avión destino Zúrich. Con 400.000 habitantes, esta ciudad ubicada al norte del país es un centro bancario y financiero global y se caracteriza por sus pintorescas avenidas, que adquieren un brillo especial cuando llegan estas fechas tan señaladas.

'Luci', el encendido

Aunque en esta ocasión Inés se perdió el encendido porque estaba trabajando, cuenta que se trata de uno de los momentos «más emocionantes» para todos los que viven en Zúrich. Este 2024, 'Luci' volvió el pasado 28 de noviembre. Así es, el encendido tiene nombre. «Aquí le ponen nombre a todo», explica la joven. La bienvenida a esta época de guirnaldas y dorados tiene lugar en Bahnhofstrasse, que es la calle de la estación principal, «donde están todas las tiendas bonitas por excelencia». Es «el momento». A partir de ahí, perderse entre los pequeños puestos de los mercadillos y beber vino caliente se convierten en una rutina casi diaria.

«Ese es nuestro plan, lo que yo hago con mis amigos. Nos abrigamos mucho, compramos un vino o un chocolate y disfrutamos de las casetas y las calles iluminadas. Se hace mucha vida en la calle a pesar del frío que hace aquí. Es muy muy bonito», asegura Inés, que aunque es «muy defensora» de Granada y de su tierra, admite que la Navidad en Centroeuropa es «otra historia».

Un árbol cantarín

Además de 'Luci', los mercadillos y el típico vino caliente, Zúrich esconde otros encantos navideños. Uno de los más sonados es el 'Singing Christmas tree', un árbol cantarín que alegra y entretiene a pequeños y mayores con todo tipo de villancicos. «Es una estructura que parece un árbol de Navidad donde se ponen coristas, con gorritos y guantes rojos, y cantan. Es genial y cuando lo hacen niños es súper gracioso», asegura.

Más allá de los festejos, para Inés «lo mejor» es la calidad de vida. El frío no es un problema; hay calefacción «en todos lados». Y aunque es una ciudad pequeña ofrece «muchas» oportunidades profesionales y el transporte público funciona «súper bien». Pero las cosas como son, por mucho que mercadillos y vinos le hayan robado el corazón, este siempre lo ocupará su familia, y eso solo puede dárselo la Navidad en casa, en Granada.