El alcalde y el triple nudo windsor

A este lado del río Guadalbullón, el burgomaestre jaenero, el último mohicano de los vip que había en el equipo de gobierno, el llanero solitario del desierto financiero de Santa María Square, viene estos días con tres heridas, la del amor de los suyos, la de la vida política de una oposición crecida que ha olido la sangre y la de la muerte, si a su socio necesario, Jaén Merece Más, no le sale el órdago con quedada lanzado al presidente andaluz, a cuenta del cuento de las cuentas autonómicas para Jaén. Triple lazada al cuello, cuando aún queda un mundo: dos tercios del mandato municipal.

Si algo tienen grabado a fuego los dirigentes de JM+ es que no quieren que les pase lo que a Ciudadanos, y lo viven como una especie de trauma de importación que les ha calado hasta los huesos. En lenguaje freudiano, los 'merece' ya han pasado la primera etapa de la vida, 'el ello', en la que domina el placer, y están en la segunda, 'el yo', y tienen muy en cuenta las consecuencias de sus acciones y, sobre todo, andan ya en la tercera, 'el superyó', interiorizando las normas de la socialización, en su caso las normas de la política, en la que si no eres útil, el bipartidismo te come. O sea, que tienen que tomar decisiones difíciles si quieren sobrevivir.

Una de ellas fue enseñarle la puerta de salida al que fuera su candidato a la alcaldía un año antes, el catedrático Manuel Carlos Vallejo, amagando con el oprobio de relevarle de la portavocía municipal – se llegó a registrar el cambio en el orden del día del pleno estival – , porque, decían y dicen, «nosotros no somos Manuel Carlos» y era demasiado condescendiente con la otra parte contratante, el PP del alcalde Agustín González, y Jaén Merece Más tiene que marcar perfil propio si quiere llegar vivo como partido a la próxima cita con las urnas.

En este alejamiento táctico – ¡qué pocas comparecencias conjuntas últimamente! – se incluye el órdago de los presupuestos, en los que es verdad que hay cosas, inversiones de proyectos ya en marcha y guiños sin apenas compromiso económico y más bien para contentar al socio que ya no se contenta después de ver las reticencias de la Junta para conocer la ejecución presupuestaria del año en curso (lo que realmente se invierte) y de comprobar que en las cuentas para 2025 no acaban de ver tampoco ese trato diferenciado que justifique darle al PP la alcaldía de Jaén y otras. Las cuentas para el año próximo son el último tren, con perdón, de JM+ en esta legislatura autonómica (2022-2026), así que han pedido reunirse con el propio presidente, a riesgo de que les diga que no y de hacerle un feo a quien ha sido su interlocutor, el consejero de Presidencia, Antonio Sanz. Pero no tenían otra.

Juanma y el PP andaluz no quieren perder la alcaldía de Jaén, pero tampoco es que se hayan esmerado en cuidarla. Por lo menos no tanto como a otras. Jaén desde Sevilla no se termina de ver. Así que, una de dos, o les recibe y les ofrece algo tangible – a cuál más difícil – o a ver cómo vende JM+ que mantiene el pacto sin que se le ponga cara de Ciudadanos.

Y mientras, el PSOE del redivivo Julio Millán se pone el traje institucional de alcalde en excedencia, propositivo con un tardío plan de saneamiento municipal o un debate sobre el eterno dilema de la futura de la estación de autobuses, y no da balón por perdido (Somuvisa o el alquiler de la cafetería de los buses), o solicitando un pleno extraordinario, en teoría para mejorar los presupuestos andaluces y en la práctica para echar a pelear a los socios de gobierno. Y centrando los dardos en el PP y no tanto a JM+, por si aquello de la moción de censura y una vez ido Manuel Carlos, con quien tuvieron una intensa relación mutua.

Un pleno extraordinario que el alcalde del triple nudo al cuello está obligado a convocar y que lo mismo se hace coincidir adelantando el del mes. Noviembre, dichoso mes, que entra con Halloween y sale con el Black Friday. Es lo que hay.