Donde Agitan las Palabras

La estupidez y los memes

La nobleza de espíritu nos libera de nuestra propia estupidez, de nuestros propios prejuicios, de nuestra propia ignorancia, de nuestros propios miedos

Alfredo Ybarra

Martes, 27 de agosto 2024, 23:22

Memo es una palabra de origen onomatopéyico. Según el diccionario de la Real Academia Española designa a la persona tonta, simple, mentecata, o sea falta de juicio, privada de razón. Aunque tiene un origen muy distinto resulta difícil resistirse a relacionar las memeces con los ... memes. El mismo diccionario define meme en su segunda acepción como una imagen, video o texto, por lo general distorsionado con fines caricaturescos, que se difunde principalmente a través de internet. Los memes se han convertido en el medio de comunicación habitual de muchos usuarios de las redes sociales. Su origen data de los años setenta del siglo XX, procede del inglés y a su vez del griego y viene a decir «lo que se imita». Su estructura suele contener enunciados breves para situarnos en un contexto cotidiano y se remata con una imagen que sublima el mensaje. En consecuencia los memes son la metáfora del estado de banalidad que impera por todas partes, de la bobería en la que estamos instalados, incluso de la irracionalidad y de la irresponsabilidad con que afrontamos muchas circunstancias que nos atañen a todos. El meme es la alegoría de nuestra cultura. La memez es la clave de bóveda de nuestra sociedad.

Publicidad

Vivimos en un país con gran ingenio, pero pobre e infortunado en razonamiento. Al final todo lo convertimos en un chiste, todo se acaba truncando en un meme. Nos hemos vuelto simples, idiotas. Nos complace el analfabetismo funcional que profesamos y la reflexión crítica es una aspiración que no nos interesa. El lema de nuestros líderes y gobernantes, y el nuestro propio es «panem et circenses», símbolo inequívoco de una sociedad infantilizada, idiotizada, mema, en la que hasta las cuestiones más trascendentales las reducimos al chiste, a la grosería, al zasca y a la polarización. La máxima es: no hay que pensar.

Acaso muchos de los males contemporáneos se deben al olvido de la tradición humanista, al olvido de la historia del conocimiento y la cultura. Dice Rob Riemen que «la estupidez organizada en la que vivimos provoca la amnesia de la historia». Riemen es ensayista nacido en los Países Bajos, fundador del Nexus Institute, un foro para fomentar el debate cultural. Como antídoto, Riemen llama a un regreso al humanismo, idea que explica en El arte de ser humanos. Cuatro Estudios (Taurus, 2023), libro que por azar me puse delante y que me ha embebido. Lo interesante de su trabajo es que sostiene que todo cambio social pasa en definitiva por la educación y el cultivo de las virtudes individuales. Y es que mientras seguimos dilucidando lo que es ser humano, Riemen apunta que vivir debe suponer la búsqueda de la verdad metafísica y de los valores espirituales que el individuo debe aprehender, incluidos el pensamiento crítico y la autocrítica.

Ser humano es un arte y radica en la nobleza de espíritu, afirma Riemen. La nobleza de espíritu nos libera de nuestra propia estupidez, de nuestros propios prejuicios, de nuestra propia ignorancia, de nuestros propios miedos. Equivale a lo que Sócrates llama paideía, es decir, formación del carácter, convertirnos en auténticas personas virtuosas. El arte de ser humanos es un alegato a favor del humanismo.

Publicidad

Cuando renunciamos al conocimiento y nos apuntamos al saber único sembramos el territorio de la mentira y del fraude. Y nuestra cultura no puede estar fundamentada en dar la espalda a la verdad. La cultura, en el sentido real del término, es aquello que ayuda a encontrar nuestras propias respuestas a las preguntas fundamentales de la vida. Nuestra verdadera identidad se encuentra en una serie de valores universales: la capacidad humana para vivir en la verdad, para hacer justicia, para amar, para crear y apreciar la belleza, para ser uno mismo como persona en plenitud.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad