Querido lector, ante todo deseo que el nuevo año sea bueno para ti, tu familia y los allegados. En los tiempos que corren nos hace falta suerte. Como dijo aquel presidente americano, cuando EE UU era un país respetable y respetado antes del huracán Trump, ... no te preguntes lo que los gobiernos españoles pueden hacer por ti, porque entonces tú y tus allegados corréis el riesgo de acabar en el hospital o el cementerio. Pregúntate lo que está en tu mano hacer por los demás y por tu salud. Y hazlo.
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Lo primero es ir por delante de las normas oficiales en el cumplimiento de precauciones que te alejen el contagio del virus chino de 2019, y del modelo ingles de 2020. No son fiables. Recuerda que unos días antes del primer confinamiento nos dijeron los responsables de la salud pública que no nos pusiéramos mascarilla, y afirmó el sabio mayor del Reino, Dr. Simón, que esta enfermedad apenas llegaría a España, y si llegaba era como una gripecilla. ¿Te suena? Pues de esa gripecilla sin mascarilla dicen por ahí, según estadísticas sacadas de tasas de mortalidad comparativa, que ya han muerto unos 80.000 españoles. Algunos de ellos eran allegados míos y tuyos. Seguro. Respecto a los que han padecido la enfermedad, mis allegados son incontables. Sin ir más lejos en estos días me acabo de enterar de que otro allegado, de mi edad, vecino de Tudela, está aislado con el virus. Todo indica que debe ser la mutación inglesa, esa que según el inefable Simón apenas nos va a rozar, pese a que siguen entrando en nuestros aeropuertos fuera de control cientos de viajeros de la Gran Bretaña, y que el aire es libre y sin fronteras autonómicas. Eso lo sabe bien este maldito bicho que ha infectado de forma increíble a mi allegado de Tudela. Es que este allegado, que perdió a su madre en la primera ola, tiene pánico al bicho por motivos obvios y no sale de casa a nada. Salvo a correr una hora diaria por los verdes campos del norte, cuando le es permitido librarse del tapabocas para respirar mejor. Al parecer tampoco los espacios ventilados garantizan nada. Así que toma nota, ignora a Simón y no te quites nunca la máscara fuera de casa. Tampoco dentro de casa, si toca el timbre un familiar o allegado, porque los hospitales están llenos de contagiados por el fuego amigo allegado, mientras cenaban en Navidad besugo, lombarda y cordero lechal, entre otras exquisiteces, cantando 'Noche de paz'. Para algunos la paz ha sido la del cementerio, según van las estadísticas.
La verdad, amigo lector, una servidora, que mucho antes de que llegara la Navidad ya había acordado con familiares y allegados que este año no habría ninguna reunión ni comida familiar, por lo que he visto y oído fuera, no se extraña de que estemos en lo llaman quienes nos pastorean 'tercera ola'. Es que la gente, aprovechando medidas permisivas increíbles, leyes disparatadas y pasividad manifiesta en el castigo a delincuentes (porque se puede matar de muchas formas) ha hecho lo que le daba la gana.
A ver, qué levante la mano quien conozca a alguien que haya sido sancionado por juntar en su casa a más de seis en las cenas navideñas, entre familia y allegados. ¿A que no la levanta nadie? Es por poner un ejemplo. Pero claro, tampoco parecía lógico no poder ver este año a tu cuñado, el de los chistes malos, pero sí subirte luego en el metro de Madrid, donde la gente entraba a empujones. Sin contar los fumadores sin mascarilla por todos lados, que van esparciendo en el humo sus bichitos para que se peguen al que camina cerca.
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Respecto al ocio nocturno y otras lindezas navideñas, protagonizadas principalmente por jóvenes, lo raro es que no estemos ya todos contagiados.
Amigo lector. Apreciado allegado. Si quieres resistir hasta la vacuna, tema que da para mucho y hoy no toca, hazme caso. No mires las noticias de la tele, desconecta del Dr. Simón, y usa tu sentido común. Y no esperes mucho de la ciudadanía que tenemos, educada en la filosofía de la primera LOGSE (creo que ya vamos por la cuarta edición). ¿Tú crees que cabe esperanza en un país en el que se junta gente a mogollón en una macrofiesta ilegal porque han oído que allí va a estar ese pedazo de premio Nobel que se llama Quico Rivera? ¿Es que es lógico que con lo que tenemos encima haya 17 legislaciones diferentes en un país pequeño, sin contar la del Gobierno central de los presidentes Iglesias-Sánchez?, ¿Ves normal que se hagan leyes especiales para que los cazadores se salten los confinamientos provinciales y autonómicos o para que la gente de Málaga o Huelva se plante a esquiar en Sierra Nevada cuando está prohibido visitar a padres, abuelos si viven en otro pueblo o provincia?
Por cierto, ¿queda alguien por ahí que crea todavía que el virus inglés, el de Gibraltar, el súper contagioso, apenas nos va a afectar? Y la última pregunta: ¿A quién se le ocurrió incluir en las comidas familiares navideñas, donde no cabía el dichoso cuñado, a un allegado? Es que yo estuve calculando los allegados que tengo con derecho a cena y he perdido la cuenta. Qué Dios nos coja confesados, porque al paso que va la vacuna en España, vacunados no nos coge.
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