Hoy, día 20 de diciembre, se conmemora el cuatrocientos aniversario del fallecimiento de Pedro Cabeza de Vaca Castro y Quiñones, que fue visitador de la Universidad de Granada, presidente de la Real Chancillería granadina y arzobispo de su archidiócesis. Hasta la fecha sólo una institución, ... la Abadía del Sacromonte, en cuyo templo se yergue su mausoleo, ha hecho público un, muy escueto, programa de actos para conmemorar tan redonda efemérides de su egregio fundador. Esta tarde se celebrará allí un funeral por el eterno descanso de su alma y tendrá lugar la inauguración de una concisa exposición sobre su labor sacromontana. Luego, un libro ya presentado, sobre los libros plúmbeos, una conferencia sobre su labor como jurista y un par de visitas guiadas completan tan discreta remembranza.
Pedro nació, en 1534, en la villa burgalesa de Roa, en la que actualmente no queda ni rastro de su padre el corregidor ni de su casa natal ni de su recuerdo en forma de busto, placa, nombre de calle o de grupo escolar. Tras estudiar derecho y ordenarse sacerdote, comenzó su larga relación con Granada. Entre 1562 y 1564 fue visitador de la Capilla Real, del Hospital Real y de la Universidad granadina, que llevaba funcionando tan solo treinta años, desde 1532.
Su prestigio como jurista creció en Castilla, sobre todo tras defender a su propio padre, gobernador del Perú, de acusaciones no del todo probadas. Esto hizo que en 1578 fuese nombrado presidente de la Real Chancillería de Granada, cargo en el que destacó por su saber jurídico y por la dignificación de esta institución regia. Aquí, de nuevo, salta nuestra sorpresa ante el silencio del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, heredero de aquella Chancillería, y del Archivo de la misma, de la Junta de Andalucía, sobre si van a efectuar un mínimo gesto conmemorativo. Una visita guiada al Palacio de Plaza Nueva, donde dictó sentencia don Pedro, comenzaría a aliviar nuestra desazón.
Desde 1589 hasta 1610 Castro fue arzobispo de Granada, y, por tanto canciller de su universidad. Tampoco esta magna casa docente ha dado a conocer, hasta ahora, si tiene el más mínimo propósito de recordar la controvertida figura de aquel hombre de acción.
Pero por lo que Pedro pasa a la historia, de forma casi rimbombante, es porque durante su regiduría de la diócesis granadina tuvo lugar la aparición de los libros plúmbeos y de las reliquias martiriales, una de ellas alusiva al actual patrón de la ciudad. Crédulo y puede que cómplice de estos hallazgos, mandó fundar allí la abadía del Sacromonte y el colegio anejo. No es este lugar para repetir lo mucho dicho, una veces mendaz y otras acertado, sobre aquellos objetos, sus causas y sus consecuencias. Sólo anotar que no fue la única fundación granadina de Pedro. Entre sus muchas preocupaciones por Granada destaca su atención al tema de la prostitución en la ciudad. Pensando en estas mujeres, fundó el Beaterio de Recogidas de Santa María Egipcíaca.
A esta fundación, que dio nombre a la actual calle Recogidas, y sobre otros rasgos y detalles biográficos de Pedro de Castro, dedica su número de enero-febrero la revista granadina Alhóndiga, que será presentado, allí en el Sacromonte, el próximo día 4 de enero por la tarde. Una vez más, la iniciativa privada y el acecho de los particulares se adelanta, en la animación cultural de Granada y en la nobleza para con sus hombres, a la inercia, cuando no olvido, que desgraciadamente caracteriza a nuestras instituciones.
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