Puerta Purchena

No aprendemos

«Lo que no es permisible de ninguna forma es que la diversión consista en partir los maderos del vallado ofreciendo una imagen vergonzosa de una de las zonas de más atractivo turístico de la capital»

Sábado, 5 de agosto 2023, 22:38

El fin de semana pasado se celebraron las fiestas patronales en Retamar y como ya es tradición en este barrio el paseo marítimo de El Toyo amaneció repleto de basura restos del botellón nocturno y con buena parte de los maderos que conforman el vallado ... ornamental de la zona destrozado. Esto no es casual ni un hecho aislado ya que desde hace tiempo los actos vandálicos e incívicos se repiten año tras año. Desde luego que buena parte de culpa la tienen aquellos jóvenes descerebrados (no todos, desde luego), que encuentran un aliciente y un placer en vandalizar lo que encuentran a su paso.

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Ponerse hasta las cejas de alcohol no debe de ser divertimento suficiente y lo que necesitan es arrojar toda la basura posible entre las zonas verdes y los miradores y romper todo lo que encuentran a su paso. Lo que más lástima da, al margen del destrozo, es que luego gran parte de la mañana y bajo el sol de finales de julio los trabajadores de la limpieza tienen que limpiar toda la zona, algo que se podría evitar en parte. Bastaría con que el Ayuntamiento de Almería y el edil de turno mostrasen un poco de sensibilidad y colocasen algunos contenedores en los miradores.

Las papeleras amanecen llenas lo que demuestra que algunos jóvenes las utilizan, pero son insuficientes. Con un par de contenedores en el mirador más cercano a Retamar evitaríamos en parte el problema, desde luego no en su totalidad. Y en cuanto a los destrozos pues habría que poner vigilancia siempre que se sigan permitiendo los botellones. Porque esta práctica, habrá que recordárselo a los moradores de la Plaza Vieja, está prohibida, pero entiendo que al tratarse de las fiestas de un barrio se caiga en la tentación de mirar a otro lado y se consienta. Ahora bien, lo que no es permisible de ninguna forma es que la diversión consista en partir los maderos del vallado ofreciendo una imagen vergonzosa de una de las zonas de más atractivo turístico de la capital.

Esa es otra. Para nuestros regidores Retamar-El Toyo es la joya de la corona desde el punto de vista turístico y han diseñado algunos programas para atraer visitantes. De hecho, recientemente el concejal de Turismo, Comunicaciones y Promoción de la Ciudad, Joaquín Pérez de la Blanca, se reunió con los directores de los hoteles que hay en la zona y se felicitaron por las muchas posibilidades que ofrece la urbanización desde el punto de vista turístico calificando esta zona como «muy estratégica».

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Hasta ahí todo bien; a partir de ahí, todo mal. Da la sensación que a los directores de los hoteles de la urbanización, cinco en total, solo les importa lo que ocurre de puertas adentro de sus establecimientos y muy poco lo que pase de puertas afuera. Así se desprende que nunca, o casi nunca, se quejen o lamenten la imagen que la urbanización y sus moradores ofrecen a quienes nos visitan. Aún no he oído una crítica por los nueve o diez meses que el 'lago' de la plaza del Mar permaneció vacío ofreciendo una estampa desoladora a quienes nos visitaron por ejemplo en Semana Santa.

Tampoco se han quejado por los destrozos tras las fiestas del barrio ni por esas playas en gran parte inaccesibles y que bañarse en ellas supone correr el riesgo de partirte un brazo o un tobillo. Eso es lo que se ofrece a quienes nos visitan, a quienes encandilamos con eso de 'Cabo de Gata' sobrenombre que llevan los cinco hoteles y que nada tienen que ver con nuestro Parque Natural. Si quienes hasta aquí han llegado a pasar sus vacaciones piensan que han estado en el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar flaco favor nos hacen porque no quisiera saber qué van contando por ahí.

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