Se hacía eco hace unos días este periódico de una denuncia de los vecinos de la zona de La Goleta en el que se quejaban por el estado lamentable en el que se encontraba el parque recién inaugurado. Las fotografías lo decían todo y el ... malestar de los allí residentes, también. Lo cierto es que el parque estaba abandonado, sucio, roto, totalmente dejado y, claro, esto provocó la crítica airada del vecindario. Al día siguiente de esa publicación veía la luz otra en la que se daba cuenta del arreglo del parque y de que ya estaba en perfecto estado de revista. Y los vecinos ya contentos y agradecidos. Es decir, que el mismo día de la publicación de la denuncia vecinal el área competente del Ayuntamiento de Almería envió una brigada de trabajadores para que adecentasen el lugar como así fue. O sea, que si este periódico no recoge las quejas de los vecinos cabe pensar que el parque seguiría en tan mal estado y abandonado.
Es cierto que Almería tiene un problema grave en cuanto al mantenimiento de las obras que se llevan a cabo o los servicios que se disponen a disposición de los almerienses. Un problema que desconozco dónde está el origen, pero que viene de muy atrás. Bueno, siendo realistas, tiene otros problemas como la limpieza, la ausencia de lluvia, el viento o los propios ciudadanos que no sabemos o queremos respetar y cuidar lo que se nos pone para nuestro disfrute. Pero en definitiva a todo ello deben dar una respuesta satisfactoria nuestros regidores. Me gustaría ser respetuoso con el trabajo de alcaldesa, concejales, funcionarios y trabajadores municipales y no poner en duda su buen hacer, pero lo cierto es que algo falla y que quienes tienen que velar por el buen estado de la ciudad no lo hacen o lo hacen de manera deficiente. Y es una verdadera pena porque basta con tener ojos en la cara para comprobar que la capital ha cambiado notablemente y que cada vez es más atractiva, pero que adolece de un trabajo de conservación y mantenimiento importante lo que incide negativamente en la imagen que traslada al resto de ciudadanos y a quienes nos visitan.
No hace mucho se publicó una denuncia sobre el pésimo estado de los Refugios de la Guerra Civil. Hasta hace muy poco los refugios eran uno de los principales atractivos de la ciudad y, creo, lo siguen siendo, pero la dejadez y la falta de mantenimiento se los están cargando. Porque sería honesto por parte del concejal competente admitir que se ha cometido un error o que ha habido problemas de conservación en lugar de echar balones fuera y buscar excusas que no convencen a nadie. Al mal estado de los refugios hay que sumar otra denuncia del grupo socialista sobre los desperfectos en el Museo de la Guitarra, un centro muy visitado y que se ha publicitado desde su apertura como uno de los grandes atractivos de la ciudad. Las fotos publicadas reflejaban no solo el abandono del lugar sino la desidia de quienes tienen que velar por su mantenimiento y conservación. No se puede 'vender' como un lugar de interés algo que no se mantiene y que traslada una imagen negativa de Almería. En esta ocasión se respondió con que se iba a dotar una partida económica para su mantenimiento y para el arreglo de los desperfectos. Y esto me llama poderosamente la atención porque yo pensaba que cuando se abre al público un bien de este tipo por el que van a pasar cientos, miles de personas se presupuesta dinero para su mantenimiento y conservación, da igual que sea un museo, un parque infantil, unos jardines en un barrio como el de La Goleta o cualquier otro lugar.
Así pues desde el Ayuntamiento deben incrementar el trabajo para que todo esté en perfecto uso y la imagen que trasladen no sea decadente y de abandono. Y los almerienses deberíamos hacer muchísimo más por preservar, cuidar y respetar nuestro patrimonio porque todo ello dice mucho, o lo dice todo, de quienes somos.
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