El protagonizado el miércoles en el Parlamento de Estrasburgo por el Partido Popular Europeo que llevó a la eurocámara un debate sobre la ley de amnistía y los pactos de Pedro Sánchez para ser investido presidente del Gobierno. Al debate acudieron apenas unos 70 eurodiputados ... de un total de 705 lo que resultó un pleno fallido y un claro ridículo. Sonrojo el protagonizado por la portavoz del PP en la Cámara, Dolors Monserrat, que soltó un discurso que abochornó al más templado. Ridículo el de Jorge Buxadé, vicepresidente de Vox, que siguió con su mal gusto de insultar y menospreciar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Y esperpento derivado de la intervención del comisario de Justicia, Didier Reynders, que dijo ante los presentes que la ley de amnistía es una cuestión interna de España y que es en España donde hay que debatirla. Eso sí, una vez aprobada la Comisión Europea la analizará como hace con todas las leyes que se aprueban en los Estados miembros.
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Muy poco parece que hemos aprendido de relaciones internacionales y nada de lo que supone la democracia y, en concreto, del sistema parlamentario que disfrutamos en España. Decir que España es una dictadura se escapa a toda lógica y al más mínimo entendimiento. Es cierto que el Partido Popular fue el más votado en las urnas, pero eso no es suficiente para formar gobierno en este país y así lo dictamina nuestro sistema democrático, el de la Monarquía Parlamentaria. En las elecciones se eligieron a nuestros representantes en el Congreso de los Diputados que son los encargados de elegir al que será presidente del Gobierno.
Explicar esto a estas alturas da como vergüencilla, pero parece necesario porque algunos lo han olvidado o lo quieren olvidar por conveniencia. El partido del candidato Alberto Núñez Feijóo, el PP, fue el más votado, pero resulta que en nuestro parlamento hay más partidos que el PP y el PSOE. Feijóo no fue capaz de sumar más votos que los suyos y los de la ultraderecha y se quedó en el dique seco. En el turno del candidato socialista Pedro Sánchez sí reunió los apoyos necesarios para formar gobierno y lo ha formado. Ese es nuestro sistema democrático, muy lejos de un régimen dictatorial. Y gustará más o menos, pero esa es la realidad y no otra.
Para el Partido Popular debe de ser frustrante haber ganado unas elecciones y no haber podido formar gobierno. Que gobierne la lista más votada no es factible cuando nuestro sistema permite las alianzas y los acuerdos. Cambiemos la ley. Cambiemos nuestro sistema de participación, pero mientras no lo hagamos es el que hay. Y comprendo que será frustrante, pero eso no da licencia a ir por Europa desprestigiando a nuestros gobernantes.
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«La amnistía de Sánchez es la condena de Europa». «Es el desmantelamiento de la democracia». «Es una vergüenza ser el único gobierno de Europa sostenido por comunistas, independentistas y exterroristas», dijo entre otras cosas Monserrat. «Stalin estaría orgulloso de Sánchez. Nosotros lo despreciamos». «Estamos ante un golpe de estado de Derecho». Refiriéndose a los jóvenes que asedian la sede del PSOE en Madrid: «Es el símbolo de resistencia pacífica, democrática y ciudadana», afirmó Jorge Buxadé en Estrasburgo.
El 'España se rompe' no sé a qué se puede referir el PP cuando lo proclama, pero haría bien en levantar el pie. El desprestigio, el ataque al Gobierno de España que en definitiva es el ataque a toda la nación que tanto les gusta a los populares airear por los pasillos de las instituciones comunitarias debe cesar porque no benefician a la imagen de este país. Yo pensaba que con la salida de Pablo Casado de la presidencia del PP estos ataques acabarían porque fue Casado quien comenzó a pasearse por Europa desprestigiando al gobierno español. Pero no ha sido así. Lo que el PP debe hacer con urgencia es romper todos los lazos que lo unen a Vox porque estos sí dan miedo de verdad.
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El PP ha tenido los pocos escrúpulos de pactar con la ultraderecha cuando le ha convenido para poder gobernar ayuntamientos y comunidades autónomas. Cuando no los ha necesitado les ha dado la espalda, pero siempre de una manera tibia y evitando una ruptura brusca no sea que los vuelva a necesitar. La ultraderecha no es un buen compañero de viaje y estoy convencido de que el PP ganará votos cuando rompa con firmeza los lazos que lo unen a Vox. Sin duda.
Escrito todo lo anterior es legítimo que haya un rechazo a la ley de amnistía del gobierno y a los pactos que han encumbrado a Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno. Por supuesto que sí. Pero ese rechazo hay que plasmarlo en las instituciones y haciendo política. Y también en la calle, pero lejos de los trasnochados amigos del aguilucho y del brazo en alto que cantan el 'Cara al sol'.
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Y sonrojo también el de Óscar Puente en televisión española al afirmar que la ley de amnistía ha llegado porque hacían falta los siete votos de Junts para permanecer en la Moncloa. Eso ya lo sabíamos y no hacía falta que el ministro de Transportes viniera a decírnoslo porque en el fondo no es más que echar leña al fuego y la hoguera del desprestigio político ya está bien inflamada.
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