«Estoy en la gloria». Así oí su voz, con solemnes armónicos, que me resonó en el teléfono portátil sin apenas haber concluido el primer toque.
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–He visto tu nombre en pantalla, ya sé por qué me llamas. Hace pocos minutos, recibí un mensaje ... que dice: «Bustos te mata en IDEAL. Cómetelo». Pero, visto que no me da por muerto, sino por desaparecido, prefiero comerme unas chuletillas de cordero a la brasa en el asador de Caleta de Vélez, con dos miembras de mi familia (mi sobrina decana y la que es casi vecina de Mallarmé), sus consortes y el amigo que me lleva en su coche». No le pregunté por qué dice miembras pues ya explicó en diversas ocasiones que unos vanidosos émulos de Góngora, envidiosos de que la popularidad del gran poeta había facilitado el arraigo en el habla de «joven» (antes mozo, zagal, etc.), habían escrito «llegaron los jóvenes y las jóvenas», sin percatarse de que uno de ellos había padecido cárcel en León, de cuyas naturales se dice leonesas por enálage, y no leoneses como el uso culto reclama. Y añadía que siendo el uno Quevedo y el otro Solís, autoridades de la Lengua según la Real Academia de lo mismo, tal enálage estaba autorizada.
No pude contenerme y le pregunté por los efectos de la reseña de Bustos sobre la revista 'Extramuros'. Declarome que era pronto para estimarlos, pues suele esperar al tercer día y no precisamente para resucitar de entre los muertos, pero que se había llevado un buen repullo pues recordaba que Juan Bustos había muerto y que, con el escueto mensaje recibido, temió que el buen periodista, y cronista de la ciudad de Granada, que fue don Juan, hubiera vuelto del cielo, donde seguro mora, trayendo saludos de Carvajal a sus queridos Rafael Delgado Calvo-Flores y José Ignacio Fernández Dougnac, mas no hubo tal, que su nombre había sonado al anunciarse un poema escrito por el predilecto hijo de Albolote y su provincia e hijo adoptivo de Motril en memoria de Francisco Fernández, maestro de fotógrafos y todo un señor de los que pocos quedan. Así que me pidió que esperara al tercer día para comprobar cuántos lectores tienen las noticias culturales en el periódico y, de ellos, quiénes de sus presuntos amigos habían leído el artículo de Fernández Bustos sobre 'Extramuros' y lamentaban su desaparición.
Quedamos en que otro día hablaremos de su reciente libro 'En la frente del agua'.
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