El agosto humilde
El fruto de la empanada ·
Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
El fruto de la empanada ·
Muchos granadinos sobrellevan agosto en sus casas entre sofoquinas, abanicos y gazpachos. Son las no vacaciones de los más humildes, un tipo de descanso estival tan inabordable de explicar como el fin de mes para un receptor del Ingreso Mínimo Vital.
Los insuficientes pero bienvenidos ... seiscientos euros raspados del IMV son el salvavidas pinchado (pero salvavidas al fin y al cabo) de muchas personas arrastradas por las aguas turbulentas de la exclusión social. Puede que esa cantidad sea calderilla para el que nada en los tranquilos mares de la abundancia, pero para miles de granadinos es la diferencia que hay entre la nada económica y la más absoluta de las miserias.
¿Dónde está la bolita?… Ya sabía yo que esto del Ingreso Mínimo Vital tenía truco. Resulta que sólo una de cada tres familias granadinas que tienen derecho a recibirlo percibe esta ayuda. La medidas contra la pobreza de los diferentes gobiernos siempre terminan convirtiéndose en agua de borrajas vertida sobre el BOE. O sea, en papel (oficial) mojado. Tampoco los granadinos que trabajan están fuera del radio de acción de la vulnerabilidad económica. Aproximadamente la mitad se está planteando buscar un segundo empleo para poder dormir sin tener la pesadilla recurrente de su tarjeta de crédito acuchillándolo como en la bañera de 'Psicosis'. Vuelve aquel pluriempleado del franquismo que tan bien supo representar en el cine Alfredo Landa. La imagen del españolito que acumulaba trabajos sin tiempo para sentirse vivo fue utilizada por el régimen como símbolo del desarrollismo de la época, cuando en realidad era pura necesidad porque con un sueldo no se podía vivir. Para reflexionar.
Hay muchas formas de hacerse pobre y a todas se llega trabajando. El que curra en la actualidad tiene la suerte de tener empleo, pero su sueldo es como una gota de agua que cae sobre la plancha caliente de la inflación. Para colmo, los gurús de la economía anuncian una sequía en forma de recesión de caballo a galope tendido para finales de 2024. Próxima estación de penitencia: vivir del aire como algunos yoguis de la India. Subsistir con seiscientos euros al mes es una experiencia única a la que debería de apuntarse más de un mandamás de Madrid, aunque sólo fuera para catar la resiliencia en carne propia. El gran Séneca, que también era político, solía trabajar en el campo periódicamente para comprender lo difícil que es para un agricultor forjarle a la tierra un tomate.
¿Se imagina a un ministro cogiendo tomates o viviendo con los seiscientos pavos del Ingreso Mínimo Vital? Coincidimos plenamente. Tampoco me imagino a un joven granadino sin posibilidad de emanciparse votando a ese ministro con la esperanza de que lo lance al 'estrellato' del mileurismo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.