Feijóo ha ganado las elecciones, pero me apuesto mi querido llavero de Fray Leopoldo a que será Sánchez quien, ofreciéndose de cuerpo entero, gobierne los próximos cuatro años. De cualquier manera, todo eso es intrascendente. Lo verdaderamente trascendente es que ZP nos ha descubierto un ... universo lleno de posibilidades detrás de ese TODO que hasta ahora creíamos el trastero donde Dios acumula los trastos rotos y las cosas inservibles (la humanidad cabría perfectamente).

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En su último mitin, el socialista levitó como de costumbre y se atrevió a resumir el universo en dos patadas. ZP es el político que vino de las estrellas, Starman José Luis, y hay que reconocerle que ha avanzado mucho en sus discursos. Es un salto cuantitativo, por no decir que cuántico, pasar de contar nubes a contar planetas. «El universo es infinito, muy probablemente», dijo, y luego calló. Después de esto, yo no he vuelto a ser el mismo. Ni como, ni duermo, ni tampoco sé que hago en este mundo cada vez que pienso en esa frase. José Luis, llévame contigo.

Como aporte al tema, diré que los meteoritos también tienen su utilidad en este mundo. Para prensar jamones, por ejemplo. Tal es el caso de una familia propietaria de un bar en Retuerta del Bullaque (Ciudad Real), que encontró uno de cien kilos en el campo y durante años lo han estado utilizado para tan noble labor.

La moraleja del mitin de ZP es que La Tierra es el único sitio donde se puede amar. Le faltó decir que cuando el amor se acaba, también es culpa de la derecha. «Solo hay dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana, y no estoy muy seguro de la primera», dijo Albert Einstein, menos documentado que el socialista leonés en materia interestelar, pero cuya opinión debería contar para esclarecer este caso. Por cierto, al expresidente le faltó decir que España es el único sitio del cosmos donde un joven puede estar en paro a pesar de haber estudiado tres carreras. Lo hubiera bordado.

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Así de maravilloso es el universo ZP, un infinito llevadero y poético. Todo lo contrario que ese tiempo infinito llamado «llegar a fin de mes», muy concurrido por los granadinos que vivimos dentro de la Constelación Ansiedad Financiera. O sea, viviendo cosas chulísimas.

Epílogo: bajo a la realidad y me encuentro la noticia de que tomar el sol por el ano es tendencia en muchas playas granadinas. Ahora entiendo por qué son tan felices los que viven en otro planeta.

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