En diferentes tiempos y ocasiones he hecho siempre la misma referencia escrita al Palace al hablar de su vinculación con otro hotel, clave en nuestro proceso educativo, el primigenio Hotel Sierra Nevada, sucursal del Hotel Alhambra Palace, renombrado después Hotel del Duque tras la donación ... de Julio Quesada al Arzobispado como seminario de verano poco antes de su muerte en julio de 1936. Realmente no comenzó a desempeñar aquella tan amplia y memorable función hasta el verano de 1950 en que se reabrió con su nuevo destino como seminario de verano de la diócesis de Granada. Del mayor lujo para su tiempo este que nos ocupa, fue inaugurado en 1910 por el rey Alfonso XIII, amigo personal del Duque de San Pedro de Galatino. Pero ya hay que cambiar el trole. Esta situación se modifica porque ha caído en mis manos el libro 'Historia del Hotel Alhambra Palace', segunda edición de 2024 con dirección del proyecto de Ignacio Durán Caffarena, y con solo ojear el ejemplar me he sentido obligado a situarlo en el primer lugar de mis lecturas y, no solo eso, sino que también se me vino a la cabeza dedicar a este glorioso y mítico referente el título de mi siguiente artículo de IDEAL. A Rafael Guillén, Manuel Titos, María Teresa Hontoria y Andrés Molinari nunca los había visto juntos y las mejores oportunidades se han de aprovechar.
Mis gratos recuerdos personales de las costumbres relacionadas con 'el Palas', me traen a la memoria la situación más frecuente e inveterada de tomar un café en la mítica terraza o en la señorial cafetería tras detenerme poco antes frente al Carmen de Conchita Barrecheguren, que generalmente he encontrado cerrado. De siempre he asistido a alguna actividad programada en el 'teatrito' y más cuando después ha sido sede del Festival Internacional de Música y Danza y otros espectáculos y actividades de relevancia. El Hotel Alhambra Palace mantiene casi intacto el 'teatrito' que lo nutrió de espectáculos cuando funcionaba como casino y en el que Manuel de Falla y Federico García Lorca presentaron el primer Concurso de Cante Jondo y tuvo lugar el estreno de la obra 'Mariana Pineda'. Pero si reparo más el rico devenir del paso del tiempo en el Palace, existe en mi caso, en un tiempo determinado, mayor intensidad y frecuencia de situaciones personales aquí gozadas, por referirme a dos entidades culturales de la ciudad muy relacionadas con el Hotel y de las que formo parte, el Centro Artístico y la Compañía de Teatro Mira de Amescua, que me hacen sentir honrado y venturoso.
Las relaciones del Hotel Palace y el Centro Artístico siempre han sido fecundas. El 12 de abril de 2010 se celebró con toda pompa la cena de gala correspondiente al 125 aniversario del Centro Artístico, conmemoración que continuamos festejando en esa fecha hasta el 2020 en que, a causa de la pandemia, se dejó de celebrar y que ahora, mutatis mutandis, sería de plena aceptación, creo que se puede aventurar, su celebrada reposición. El lugar cumplió plenamente su función de protagonista.
Nos vamos a junio de 1922, una semana antes del Concurso de Cante Jondo, cuando el Centro Artístico organizó en el 'teatrito' un concierto de guitarra de Andrés Segovia y Manuel Jofré. Estaba previsto que Falla pronunciara ese día su famosa conferencia sobre 'El cante jondo. Primitivo canto andaluz', que hubo de leerla Antonio Gallego Burín por enfermedad de Falla. En ese mismo acto, Federico García Lorca dio a conocer, como primicia, varios poemas que años más tarde formarían parte de su famoso libro 'Poema del canto jondo'. Justo cien años después, en junio de 2022, en el mismo escenario, el Centro Artístico, en el marco de la celebración del centenario del Concurso del Cante Jondo, organizó un acto en que el actor Genís Campillo representó una recopilación de aquella memorable actividad.
Fue pretensión peculiar del recital de 'Fragmentos de Autos Sacramentales' que presentó la Compañía de Teatro Mira de Amescua en este especial 'teatrito' el día de San Antonio de 2018, uno más pleno de tantas resonancias artísticas e históricas. La mayoría de los recitados de esa noche, áurea y sacramental, de Calderón de la Barca, tras un cuarto de siglo, entonces, de la existencia de esta agrupación teatral granadina con la pretensión de que con su creación no dejaran de ofrecerse estas piezas eucarísticas en el Corpus de este género exclusivo del Siglo de Oro. Para la especial ocasión, de los autos representados por esta Compañía, se seleccionaron los fragmentos considerados más apropiados para que el oyente pudiera hacerse una idea fiel de este especial y poco frecuentado género literario. Dichas selecciones poéticas se acompañaron de ilustraciones polifónicas musicales compuestas expresamente para las representaciones de aquellas ocasiones y cantadas en vivo, como siempre, por los propios actores, y que fueron declamadas en esta ocasión del Alhambra Palace por esos mismos intérpretes de aquellas primigenias fechas del Corral del Carbón, plaza de las Pasiegas o Trascoro de la Catedral de Toledo.
Para casi todos los componentes de esta Compañía de Teatro Mira de Amescua, exalumnos del Seminario, tiene este enclave connotaciones muy peculiares por su estrecha vinculación con otro hotel, el primigenio Hotel Sierra Nevada, sucursal de este Hotel Alhambra Palace (gusto reiterar), clave en nuestro proceso educativo, renombrado después Hotel del Duque. Comenzó a desempeñar aquella función en el verano de 1950 en que se reabrió con su nuevo destino como centro de educación intelectual, religiosa, física, musical o artística de los alumnos del Seminario diocesano de Granada. Nosotros.
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