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Ardor guerrero

La muerte de Rosa Morena el pasado miércoles nos retrotrae a una España gris, a la que ella contribuyó a darle color y calor

esteban de las heras balbás

Domingo, 8 de diciembre 2019, 02:17

La cosa no pintaba nada bien en el Sahara aquel 1975. Era el noviembre más gris y más cenizo que recuerdan las crónicas para los intereses de España en aquellos inmensos arenales, con fosfatos a cielo abierto. El rey Hasán II amenazaba con la 'marcha ... verde' para ocupar el territorio. El temple y el ánimo de nuestras tropas no pasaban por sus mejores momentos. Y de repente, una mañana apareció en El Aaiún, la capital del Sáhara todavía español, la cantante Rosa Morena (nacida Manuela Otilia Pulgarín González). Llegaba para levantar la moral de los soldados y levantó todo lo que podía levantarse. El ardor guerrero corrió de inmediato por las venas de los 12.000 legionarios que formaban el Tercio Don Juan de Austria. Aquel 'Échale guindas al pavo' entre golpes de melena y contoneos sexis quedó grabado a fuego entre los soldados; provocó un calentamiento total en la tropa y en el medio ambiente. Un año antes, todas las taquillas de los dormitorios de la Brigada Paracaidista, con sede en Alcalá de Henares, se habían llenado con fotos suyas, después de otra memorable actuación en la que insinuaba más de lo que enseñaba. Era el tiempo de un incipiente destape y ella fue una de las primeras que mostró su piel y sus formas en papel couché. No obstante, en este homenaje a los 'paracas' solo enseñó los brazos, aunque sus mohines y el ritmo de sus pies dispararon los niveles de testosterona ese día y en las madrugadas siguientes, anulando los efectos del bromuro. Pese a aquella inyección de moral que Rosa Morena insufló en el espíritu de los legionarios, el Sahara se perdió, pero su imagen quedó grabada en la retina de aquellos militares, que vivieron dos días inolvidables, como atestiguan las fotos publicadas entonces en la prensa española. Rosa, el mito rubio y sensual del flamenco pop de los setenta, ha muerto esta semana y su fallecimiento apenas ha tenido eco entre los medios. Alguien, creo que fue Camilo Sesto, la calificó como la Marilyn española recordando quizá que la rubia actriz estadounidense tuvo un papel similar con las tropas de su país durante la guerra de Corea.

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