La autoridad competente

Puerta Purchena ·
«Quienes tienen capacidad para ordenar medidas de mejora es posible que en verano estén más ocupados en sus despachos que en la calle»

José María Granados

Almería

Miércoles, 22 de julio 2020, 23:52

Pepe 'El Tomillero' cuando sale a la calle aparte de la mascarilla obligatoria procura llevar encima la pinza voluntaria. Está hasta las narices -nunca mejor dicho- de soportar el hedor que proviene de los contenedores de basura. Parece que la autoridad competente desconoce que los ... residuos orgánicos fermentan y se descomponen y que si además hace calor se acelera el proceso. No debe de estar muy ducha en esas cuestiones dicha autoridad cuando, además, ha autorizado o hecho la vista gorda a que al lado de las baterías de contenedores los encargados del mobiliario urbano hayan situado bancos de descanso por si algún atrevido o alguna atrevida, con graves problemas de olfato, quiere sentarse a contemplar el paisaje. Bancos situados junto a contenedores de basura, comprados a tanto la pieza y que jamás llegarán a desgastarse por el uso. No hay quien se acerque ni mucho menos quien acepte la invitación que ofrecen y da igual que sean las 8 de la mañana, las doce de la noche, las cinco de la tarde o las seis de la madrugada. No, muchas gracias.

Tampoco parece conocer la autoridad competente el estado en el que se encuentra ese gran pórtico de entrada a la maravilla natural de Cabo de Gata. Pujaire es una puerta maravillosa a la parte más visitada del Parque. Es llegar a ella, en este barrio almeriense, y darse cuenta del mimo y cuidado con el que los responsables de su mantenimiento la cuidan. Plásticos, cartones, matojos, restos, suciedad, suciedad y suciedad. Una pena la imagen que damos. Es verdad que si hay basura acumulada es porque alguien la ha dejado ahí, que no crece sola… pero también es cierto que si está es porque nadie la ha retirado, porque nadie parece estar al tanto de su existencia y mucho menos trabaja para evitarla. Hay solares sin vallar en los que los restos bailan de un lado a otro y parcelas valladas cuya valla precisamente los frena hasta acumularlos en el margen de la calzada, ofreciendo una imagen tal de abandono y descuido que dice muy poco de la autoridad competente. Tenemos un Parque Natural con entradas muy poco naturales, peleadas con la naturaleza y nada acorde con lo de vivir en la mejor ciudad del mundo en la que es cierto que se hacen cosas, pero también que no se mantienen.

Quienes tienen capacidad para ordenar medidas de mejora es posible que en verano estén más ocupados en sus despachos que en la calle y quizá por ello todavía no hayan adoptado una decisión acerca de las escasas zonas de sombra de las que disponemos en los pasos de peatones con semáforo, lo que obliga a quienes andan sin climatizador a pleno sol a darle al ingenio para evitar el abrasamiento. Lo mismo ocurre con buena parte de las paradas de autobús en las que la autoridad competente, quizá porque no usa el transporte colectivo urbano, ha olvidado que estamos en el Sur y que tenemos más horas de sol que la media nacional. Da igual. La autoridad competente no sufre las consecuencias de las largas esperas, la incomodidad de la calle en las horas de más asfixia, la rutina del abanico, del gorro, del pai-pai… La autoridad competente a veces es de una incompetencia supina.