Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Qué pereza montar el belén con este calor. Si hasta dan ganas de bajar a la playa. Subir a la Sierra es tontería, ya que ... al Veleta se le está yendo la nieve con la misma rapidez que los dineros a quienes invierten en 'bitcoins'. Hay que ponerse a la tarea –aunque los termómetros de Granada van a marcar hoy 24 grados– porque estamos a menos de un mes de Nochebuena y cualquier día vienen los nietos y me echan la boca si no he puesto el nacimiento. Así que ayer no tuve más remedio que coger la escalera y revolver en el altillo del armario para sacar las cajas con esas figuras que nunca envejecen, pero que se quiebran de repente o se parten un brazo como protesta por el largo encierro. A ver si puedo montarlo antes de que comience esta noche el partido entre los chicos de Luis Enrique y los alemanes en Qatar. Por cierto, que al perro que guarda las ovejas se le ha cambiado la cara. Cuando el año pasado lo envolví entre papeles se parecía a nuestro seleccionador de fútbol, pero al sacarlo ahora veo que tiene toda la pinta de Patxi López. Se le ha puesto un hocico entre pachón navarro y mastín de los Pirineos; entre mansurrón y simplaina, podríamos decir. O sea, muy apropiado para guardar rebaños, siempre que se trate de ovejas y no de cabras rebeldes de las que van a su bola. Anoche, en un primer vistazo, comprobé que mi hato lanar no ha cambiado: las ovejas siguen tal cual, mansas y sumisas. Tenía tan reciente la performance que hizo la bancada socialista en el Congreso cuando en la noche del jueves se levantaron todos a una para votar sí a la reforma del Código Penal, que por un momento se me cruzaron en la mente ambas imágenes. Pero no; no voy a colocar mis borregas de igual forma. Las distribuiré por el monte de cortezas de pino, pastando a su albedrío el falso musgo que les recuerde la maleza entre los pinos, esos herbazales que los ecologistas de asfalto no quieren que pise nadie… y cuando el bosque se incendia es la mejor yesca para el desastre.
Todavía no he abierto la caja en la que están las figuras principales del belén y no sé si ha habido desperfectos, porque con el cambio climático y las olas de calor pudiera ser que en el portal haya okupas, que San José haya perdido la barba, o que el buey y la mula hayan quedado amojamados por la falta de pasto. Ahora que recuerdo, a estas dos criaturas ya las sacó del portal hace años el papa Benedicto XVI con gran disgusto de la grey infantil. No sé si después Bergoglio les buscó algún otro establo o la pareja se marchó definitivamente a pasear por la Vía Láctea junto a la cabra Amaltea.
A la vista está que mi belén no es como el que se monta en el Congreso en estos tiempos de calamidad que nos toca vivir. Mi nacimiento mantiene el portal, el monte, el río, el molino y el molinero, el puente, unos cuantos patos, un poco de arena para que pisen los camellos –que este año vendrán de Qatar, supongo–, la posada, los pastores con su hoguera y poco más. Bueno, tampoco faltan, por supuesto, el castillo de Herodes, y la lavandera. Esta última figura ya me dio el año pasado algún problema, por aquello de que las tareas domésticas hay que repartirlas entre la pareja. Mi lavandera se parece a Inés Arrimadas y no sé si prescindir de ella o no. La prudencia me dice que la quite. Además ya pinta muy poco. Pero la voy a mantener como homenaje a mi madre y a todas las madres que hacían la colada en pleno invierno.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.