Puerta Real

Del bolardo al monopatín

Lo que marcará tendencia a partir de ahora será que te den un golpe o un susto, pero que te den

ESTEBAN DE LAS HERAS BALBás

Domingo, 10 de julio 2022, 00:00

No es lo mismo dar que recibir. Una cosa es darte un golpe y otra que te den un testarazo. El equipo de gobierno de ... Paco Cuenca, con el inestimable apoyo de las autodenominadas confluencias –cuyo portavoz, tras el famoso y triste encierro por la covid, nos advirtió de que lo suyo era trabajar día y noche sin descanso– acordó el miércoles que lo de darse uno mismo un golpe ya es pasado y lo que marcará tendencia a partir de ahora será que te den un golpe o un susto, pero que te den. Estoy hablando de ese presupuesto «expansivo» para la capital, que acaban de pactar PSOE y UP. En dicho acuerdo figura una partida para eliminar bolardos, esos malditos pivotes de hierro fundido con forma de granada, que fueron colocados para evitar que los coches invadieran las aceras. En su desmantelamiento el Ayuntamiento va a invertir cerca de 102.000 euros. Desconozco si se trata de un clamor popular o de un capricho, pero mosquea que quiten ahora esos chismes, cuando no han cumplido ni diez años de servicio. El contribuyente no es tonto y es lógico que se pregunte si esta manía de poner y quitar bolardos cada pocos años es la mejor manera de gestionar los escasos fondos de uno de los consistorios más endeudados de España.

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Es cierto que algún despistado se ha golpeado en alguna ocasión con esos pivotes, pero más frecuente es que, sin ir despistados, nos hayan golpeado –o al menos, asustado– con los puñeteros monopatines. También es cierto que no podemos meter a todos los conductores de estos artilugios en el mismo saco. Algunos lo hacen con prudencia, pero otros muchos galopan por donde les sale de sus cataplines y molestan más que una avispa en la entrepierna. Pues bien, para incrementar la circulación sobre estos aparatos de dos ruedines y fomentar su uso, en el mentado acuerdo presupuestario de Cuenca y las confluencias, figura una partida de 200.000 euros que se gastarán en colocar puntos de recarga de los dichosos monopatines. O sea, que el Ayuntamiento fomenta su uso y disfrute por aceras y calzadas para solaz de sus conductores y fastidio de los viandantes. Si no quieres caldo, dos tazas, como diría el clásico. Me gustaría saber si los propietarios de estos jugueticos –que a veces llevan dos ocupantes y casi siempre sin casco– pagan algún tipo de tasa o impuesto, como hacemos los sufridos propietarios de automóvil. ¿Sabemos cuántas multas pone la policía municipal por saltarse esas normas?, porque, visto lo visto, son poco disuasorias. Estamos de acuerdo en que ser dueño de un coche es más caro que un cuñado glotón –más ahora, con el precio de los combustibles–, pero si todos los que ruedan, contribuyen, quizás toquemos a menos. ¡Cómo ha podido estar tanto tiempo esta ciudad sin darse cuenta de que el bolardo es el pasado y el patín el futuro!

Me sorprendió muchísimo que Jesús Lens, amigo y compañero de fatigas en esto de 'arrejuntar' letras y similares menesteres, entonara ese día un 'Magnificat', que ni los monjes de Silos podrían igualar. No sé si el elogio lo causaron los 30.000 del ala que se lleva esa cosa etérea que llaman 'Capitalidad Cultural', o la «inclusión de una partida que desarrolle la propuesta de ruta de Memoria Histórica y Mujer en el 2022, por una cantidad de 5.000 euros» (sic). Estoy deseando que alguien me explique de qué va esto último, más que nada por si yo también tengo que derramar lágrimas de gozo.

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