Edición

Borrar

El burofax y la almohada

Algún día, ese burofax se expondrá en un museo junto a la servilleta donde se firmó la llegada del futbolista al Barça con trece años. De la partida de nacimiento a la esquela

Manuel Pedreira

Granada

Viernes, 28 de agosto 2020, 23:26

Solo he enviado un burofax. Fue para tratar de darle la boleta a un inquilino díscolo y poco amigo de abonar una mísera renta a cambio de la cual disfrutaba de una casa enorme, que compré incauto cuando atábamos los perros con longanizas y Fernando ... Simón aún no amenizaba nuestras sobremesas como un heraldo de la ruina. El inquilino se marchó por fin, tras dejar algún semestre sin pagar y después de cometer unas pocas fechorías que no vienen al caso, pero nada tuvo que ver su partida con aquel burofax, supongo. La huida, morosa en todos los sentidos, fue más bien un intento por su parte de exhibir una ecuanimidad deudora a prueba de bombas. Le acabó dejando trampas a medio pueblo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal El burofax y la almohada