La cabeza tapada y el culo fuera

«Me preocupa la ITI, la parte que tiene que gestionar el Gobierno de Andalucía, y me preocupa la ITI que tiene que gestionar el Gobierno de España», advertía allá por enero de este aciago 2020 el propio Reyes porque los plazos se agotaban. ¿Se han ampliado con la pandemia? ¿Se han perdido por el camino los 220? ¿Vendrán después? ¿Se diluirán como en cierta medida ha hecho la Junta con su parte, más hábil, para financiar gestión ordinaria?

Porque el síntoma más preocupante es que no han hecho intención siquiera de disfrazarlo en las cuentas. Incluso ha desaparecido de sus discursos, salvo que preguntemos por ella, como esta semana en la rueda de prensa del diputado Felipe Sicilia, quien al menos tenía preparada la respuesta, aunque fuera un 'marianojosédelarra', un vuelva usted mañana, que ahora estamos con el «escudo social» de la pandemia y además tenemos que elaborar los proyectos y acordarlos con la Junta, ¡después de dos años de aprobaciones, reuniones, anuncios, listados y comisiones! ¿Ni un primer paquete que echarse a la boca, oiga?

Con este sonoro silencio presupuestario en la ITI los parlamentarios y dirigentes socialistas de la provincia quedan con el culo al aire. Porque si le fue concedida a la provincia, fue por algo, no por capricho sino por una causas objetivas que siguen ahí, agudizadas incluso por la nueva crisis. Y porque si hace un año había prisa, no digamos ahora. Aunque pueda sonar demagógico, ¿tendríamos ITI si Jaén fuera del País Vasco, Cataluña, Canarias o Teruel Existe y los votos de sus diputados fueran claves para los presupuestos? ¿Alguien va a salir a explicarlo o van a seguir con la cara tapada y el culo fuera, como en el disimulo de Antequera, que reza el dicho?

La otra pregunta inevitable para Felipe 'Dos Sicilias' – a medio camino entre Madrid y Jaén, entre Adriana Lastra y Paco Reyes – era si mantiene su intención de presentarse a las primarias para dirigir al deprimido PSOE andaluz. «A disposición del partido», dijo. O sea, que sí. Y horas después, en la entrevista en Ser Andalucía desgranaba, entre caballeroso y ladino, la ya larga lista de quienes también podrían dar el paso, pues observa «pulsión de cambio». Una afrenta mayúscula, un torpedo en la línea de flotación del semi hundido 'susanismo', cuyos portavoces salieron a coro a acusarle de 'traición' o estulticia por hacerle el juego a la derecha al coincidir con la reedición del pacto con Vox para las cuentas andaluzas.

Dicho lo cual, una vez que parecen también encarriladas las cuentas del Estado, da la impresión de que los congresos socialistas se pueden adelantar y que hay quien ya ha pedido cita con el afilador.

La gestión de los temporeros inmigrantes que vienen a la aceituna también están dejando con el culo al aire a más de uno. Mientras el PP clama y con razón por lo que ocurre en Canarias, porque «han puesto en la calle a más de 200 inmigrantes, los han dejado a su suerte», en la provincia la Junta mira para otro lado para no verlos dormir al raso. El año en que más vienen por la buena cosecha, el año con menos plazas en los albergues para evitar contagios, es el año elegido por el Gobierno andaluz para reducir a la mitad las ayudas a los ayuntamiento y para retrasar su pago al convocarlas más tarde.

Pilatos anda suelto en esta campaña de aceituna, se lavan las manos y dejan la gestión en solitario a los ayuntamientos, el eslabón más débil y más castigado por la crisis de la Covid. El PP apela a las fuerzas de seguridad como si esto fuera un conflicto de orden público y pide la intervención de la UME del Ejército aunque ello suponga reconocer implícitamente el fracaso en la gestión. Es más, da la sensación de que no les importa fracasar en algo que no les gusta, bien por influjo de Vox o bien por no visualizar la ayuda al temporero, aunque fueran los propios empresarios agrícolas quienes alertaran de que podía faltar mano de obra este año por miedo a los contagios en los tajos. Así que, con la cara tapada, y el culo fuera.

El autor de 'Pepita Jiménez' y 'Juanita la Larga' lo contaba así: «En un día de feria en que calles y plazas de Antequera estaban llenas de gente, un principal antequerano tuvo el más apremiante y terrible apretón que pueda imaginarse. Era menester descargar a escape. El caballero tomó entonces una resolución tan súbita como acertada; se volvió de cara a la pared, se echó la capa a la cabeza, echó las posaderas al aire y largó la descarga en un periquete, sin que nadie llegase a conocerlo. Desahogado ya, se alzó y ajustó los calzones, se bajó la capa y siguió tranquila y gravemente su camino». «Y a tomar por culo», que diría el portavoz de Vox, que para eso le ha salido gratis.