Qué vergüenza lo de Eurovisión. Lo de las drogas. Gana el grupo italiano vestido de Etro, vuelve la gente guay al festival y resulta que, oh, ¿no habrá esnifado cocaína uno de esos tipos escuchimizados? ¡Y se hacen una prueba! Comprenderán que me importa un ... bledo. Que le den a la cocaína o a la Fanta azul. Recuerdo a un conocido diseñador español diciendo a unos niños un fin de semana campestre que se comieran las verduras, que si no de mayores no se podrían drogar. Pero que alguien se escandalice por rockeros drogándose (si lo han hecho) es de haber perdido el juicio. Madre mía, que entre las cosas más normales que pasan está Celia Villalobos de gamer uniformada. Sepan ustedes que en el documento de 2050 se advierte sobre «el crecimiento del metaverso y la realidad virtual». Que «serán cada vez más frecuentes empleos como jardinero de Minecraft, entrenador de avatares o jugador profesional de e-sport». Que Celia va por delante de todos.
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