Cocidito madrileño

Mientras, Madrid casi pide salir de la fase cero, y se conforma con quedarse en el 0,3. La ciudad arrasada por el mayor brote de España, el mayor número de muertos, alucina. De hecho, su presidenta se ha alojado en un modesto apartamento central de lujo, por 80 euros al día, garaje incluido, propiedad de uno de los beneficiados por las concesiones de la Comunidad. Pero ellos piden libertad, golpeando con cucharas las señales de tráfico, con ollas de diario que les ha facilitado el servicio y muestran su indignación mientras su presidenta avisa que eso no es nada para lo que le espera al gobierno (el de Sánchez).

Ella, que convocó a miles de personas a canapés para celebrar que se cerraba el hospital de la feria de muestras y fue fotografiada como Dolorosa. Ella y ellos, piden seguir como siempre: haciendo lo que les da la gana, cuando les da la gana, donde les da la gana y con quien les da la gana: su libertad. Y los muertos, muertos son (de los otros).