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El consejero de Educación, Francisco Javier Imbroda. Migue Fernández
El colegio 'Deltal' para Imbroda

El colegio 'Deltal' para Imbroda

Puerta Purchena ·

La penosa carta de presentación del consejero Imbroda con Almería fue cuando cerró aulas y, sobre todo, el colegio de Tahal hace ahora dos años aduciendo falta de alumnos

Marta Soler

Almería

Viernes, 23 de abril 2021, 01:31

Hay pocas cosas que admiro en el consejero de Educación. Hablo de su talante y de su gestión, no en lo personal, ámbito que desconozco. ... Creo que lo único que me gustaría hacer como él, aunque fuera solo una vez, sería poner ese gesto suyo de póker, de poco sentido del ridículo, cuando alguien pone en evidencia su ignorancia. Y tiene mérito, porque tiene mucho desconocimiento y mucho de lo que avergonzarse. Ayer, en la Comisión de Educación –foro al que emplazo en posteriores entregas a nuestros lectores y lectoras para que vean, en vivo y en directo, las meteduras de pata del consejero y sus sucesivas caras de póker– puso sobre la mesa dos cosas. Una ya se sabía y sobre ella insisto, y es su falta de conocimiento sobre materias de su área y, la segunda es, que quien le escribe los argumentos que ha de defender es alguien infiltrado de la oposición a su partido. La penosa carta de presentación del consejero Imbroda con Almería fue cuando cerró aulas y, sobre todo, el colegio de Tahal hace ahora dos años aduciendo falta de alumnos. Decía que había cero donde había tres. Pero es que ayer quiso hacernos creer que está dotado de una gran generosidad y que ha abierto este año –el pasado no, quedó cerrado y los menores emigraron– el colegio a un solo estudiante. Hay siete, no uno. Se lo tuvo que decir, para su sonrojo, la parlamentaria Noemí Cruz. Su respuesta fue que a él «le habían escrito» que había uno y que eso ha leído. Ni idea de más. Lleva dos años escuchando hablar de Tahal y no es capaz de recordar nada, pero en 'Deltahal' –como le llama Imbroda– sí se acuerdan, y mucho de él; sobre todo los menores de las familias a quienes obligó a madrugar más de la cuenta –una hora, incluso– para ir a otro colegio, en otro pueblo, teniendo el suyo de toda la vida a dos minutos. Y lo hizo porque quiso, sin necesidad. Había y sigue habiendo demanda porque hay siete alumnos y alumnas ahora, nada menos. Pero el consejero sigue contando uno. No sé cómo de bien se movía con la puntuación en la cancha este consejero que ayer quiso dejar claro que además de entrenador de baloncesto –un respeto– es doctor en Ciencias de la Educación. Lo que hizo el consejero en 2014 fue sacarse el Máster en Investigación e Innovación Educación y expuso como trabajo final la 'Gestión deportiva: Análisis de la fidelización y satisfacción de los usuarios en los centros deportivos' algo que, todo el mundo sabe, tiene mucho que ver con el ámbito educativo y con la gestión de los centros públicos de enseñanza andaluces.

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