Una cotilla con ventanas a la tele ha sido condenada (también la tele) por airear los ruidos sexuales de su vecina. Diez minutos estuvo la tía contando la fogosidad. 10.000 euros tiene que pagar solidariamente la cotilla y RTVE (pagará esta). Una chica de ... Salamanca había sido multada por superar los decibelios permitidos (me imagino a la Policía en el momento de medirlos). La condenada ahora por intromisión en la intimidad es la vecina que denunció. Que no podía dormir, que se le caían cosas de la estantería. A mí me llamaron más de una vez de la alarma a las tres de la mañana no estando en casa porque saltaba el sensor de la pared que compartía con los vecinos. Cambié el sensor de sitio. Estaba segura de que era debido a actividad sexual. La pared vibraba. No se me ocurrió hablar con los vecinos. Quejarme. Hay quien se ha sorprendido de la actividad delatora de muchos durante la pandemia. Somos una especie delatora. Y bastante ruidosa.
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